La serie de amenazas que se ha presentado contra simpatizantes de la oposición política y los representantes de la prensa independiente ha llegado a niveles preocupantes en Colombia.
Katia Ospino, una periodista de La Nueva Prensa, recibió un panfleto amenazante de parte de grupos armados ilegales.
La alarmante violencia en Colombia
En Colombia existe una creciente ola de violencia y la reactivación de grupos paramilitares es motivo de preocupación entre las poblaciones.
Habitantes de la región de los Montes de María, una zona históricamente golpeada por la violencia, han denunciado las recientes amenazas de muerte por parte de grupos armados ilegales y han sido víctimas del desplazamiento forzado.
Así mismo ha ocurrido con las comunidades del municipio de Ituango en Antioquia donde el Clan del Golfo y algunas disidencias de las extintas FARC han amenazado a la población forzando a que más de 3 mil personas salgan de sus territorios.
Además de los líderes sociales y ambientales que han recibido amenazas y han sido silenciados por estos grupos, la violencia ha escalado hasta la prensa nacional e internacional.
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Amenazas a la prensa independiente
Debido a las denuncias que han presentado algunos periodistas sobre violaciones a derechos humanos, irregularidades y corrupción de políticos y poderosos en el país, las amenazas se han convertido en el pan de cada día.
En su mayoría, los medios independientes que no tienen vínculos con clases políticas tradicionales han sufrido lo peor de este flagelo.
Tal es el caso de La Nueva Prensa, cuya periodista Katia Ospino, que ha denunciado corrupción en los departamentos de La Guajira y Cesar, fue incluida en el panfleto amenazante de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC, acusada de ser comunista y castrochavista.
De acuerdo con lo revelado por el periodista Gonzalo Guillén, las amenazas provendrían de la Cárcel de Ibagué y la Universidad de La Guajira.
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