La «gente de bien» propaga la narrativa del gobierno Duque

La gente de bien quiere apropiarce del lenguaje
La "gente de bien" quiere apropiarse del lenguaje.

Los “vándalos” como de manera desdeñosa se refiere “la gente de bien”, a los manifestantes que están en las calles; se encuentran poniendo una cuota de sacrificio en las jornadas de paro iniciadas el pasado 28 de abril.

Las expresiones de su descontento han estado enmarcadas en el arte y la cultura, gritan, bailan, aplauden y expresan su creatividad; pero lamentablemente también son asesinados por mostrar su inconformismo contra el gobierno de Iván Duque.

Los manifestantes cuentan con un gran estigma: ser relacionados con grupos armados ilegales, creado por una narrativa estatal que parece no tener ninguna prueba o sustento alguno.

Lo que ha sido evidente es la agresiva reacción de los agentes de la Policía Nacional y del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD); los cuales al parecer han cometido asesinatos, violencia sexual, detenciones arbitrarias y agresiones oculares, entre otras.

El papel de la “gente de bien” en las protestas

En el marco del paro nacional, un sector de la población denominado la “gente de bien”, ha representado un gran peligro para los manifestantes; pues dicen defender los intereses comunes, pero salen armados a disparar contra los manifestantes como sucedió el 4 de mayo en Ciudad Jardín, Cali.

Al parecer la «gente de bien» defiende la idea de asesinatos, desapariciones, llaman vándalos a los manifestantes y borran las paredes que expresan la indignación, porque ellos solo quieren «vivir en paz y libre de violencia«.

También han salido a manifestarse para que secén las protestas, vestidos con camisetas blancas, donde algunas tenían estampado aquel mensaje uribista de ‘NO MÁS FARC’.

Mientras los obreros, estudiantes y campesinos están sumidos en la pobreza, desempleo, recortes en el gasto público y formas desregularizadas de contratación laboral.

Los trabajadores y los sectores menos favorecidos, ya no están en disposición de cargar sobre sus hombros con los efectos de la crisis; por lo tanto, han continuado con las movilizaciones para lograr la transformación del pueblo colombiano.