El partido político Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, ha mantenido lazos con el narcotráfico, como fue el caso de Diego Fernando Pizarro, conocido como el narco del Centro Democrático.
El caso de la Ñeñepolítica, donde al parecer entraron dineros calientes a la campaña electoral de Duque, por cuenta del difunto narcotraficante José Guillermo Hernández Aponte, más conocido como “El Ñeñe”, quien manejaba parte de la organización de la campaña presidencial en departamentos como La Guajira y Cesar.
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El narcotráfico y su presencia en los uribistas
María Fernanda Cabal la han rodeado personas vinculadas al narcotráfico. El padre de la senadora fue depositario de bienes expropiados a narcotraficantes, por el DNE en los gobiernos Pastrana y Uribe.
Su esposo, José Felix Lafaurie, ha sido señalado por presuntos vínculos con exjefes paramilitares. Directivos de Augura, aportante de su campaña en 2018, fueron financiadores de las Convivir.
A esto se le suma, que Cabal realizó un negocio inmobiliario con un miembro de la estructura económica del Cartel de Cali: Rodrigo José Sarasti Guerrero.
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José Obdulio Gaviria, primo hermano del narcotraficante Pablo Escobar y exasesor de Álvaro Uribe en la Casa de Nariño y actual senador, también tiene rabo de paja.
Sus hermanos Luis Mario y Jorge Fernando, así como su ex cuñado y ex procurador de Antioquia Carlos Alfonso Cock; estuvieron detenidos en Estados Unidos por su presunta participación en tráfico de drogas.
En 2011 el ex director del DAS, Andrés Peñate dijo que el ex asesor presionó para que se hicieran los seguimientos ilegales; y Juan Carlos Sierra, alias ‘El Tuso’, afirmó que Gaviria conocía la alianza con paramilitares para desprestigiar a los magistrados de la Corte.
El padre de Paola Andrea Holguín, ha sido acusado de ser el testaferro del terrorista y mayor capo del narcotráfico en el Colombia, Pablo Escobar.
Al parecer Frank Holguín, le compró tres bienes a Escobar en diciembre 1991, cuando estaba preso en La Catedral. La Fiscalía lo señaló de ser testaferro del narcotraficante, porque no tenía poder adquisitivo para esas transacciones.
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Ciro Ramírez Pinzón, fue capturado en febrero de 2006, por sus nexos con paramilitares del Bloque Central Bolívar y comenzó a ser investigado por parapolítica.
Ramírez fue condenado por la Corte Suprema a noventa meses de prisión y a pagar 6 .500 salarios mínimos; por haber ayudado al jefe paramilitar alias «Mi Sangre» a través de su trabajo en el Congreso.
Si bien, otros senadores no han estado directamente relacionados con el narcotráfico, si se han visto envuelto en escándalos de otro tipo o con vínculos cuestionables. Ejemplo de ello, es Honorio Henríquez Pinedo, sobrino del exsenador Miguel Pinedo Vidal, condenado en 2012 por concierto para promover grupos armados al margen de la ley.
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