La lucha por obtener la vacuna que permita contrarrestar el coronavirus ya incrementa las tensiones a nivel mundial.
Mientras que vacunas como las de Pfizer y Moderna están más cerca de buenos resultados que benefician a países ricos, vacunas como la de AstraZeneca aún se encuentran en desarrollo para abastecer a países con menores recursos.
Hace unas semanas, Pfizer y Moderna anunciaron la esperanzadora noticia de que los resultados a los ensayos clínicos de su vacuna alcanzaron una eficacia superior al 90%.
La noticia, incluso, influyó sobre la bolsa de valores y atrajo la mirada del mundo.
La vacuna de AstraZeneca-Oxford, demostró una eficacia del 70%; bastante inferior a la de Pfizer y Moderna, pero desarrollada con una tecnología más tradicional haciéndola más económica y fácil de transportar.
No obstante, la codirectora del Centro de Salud Global del Instituto de Graduados de Estudios Internacionales y de Desarrollo en Ginebra, Suerie Moon, aseguró que, para los países de bajos ingresos, hay mucho en juego con la vacuna “Astra”.
Los países desarrollados ya han comprado con anticipación los primeros suministros para las inyecciones de Pfizer y Moderna, mientras que el resto de países, que comprenden la mayor parte del mundo, dependen de farmacéuticas como AstraZeneca, Novavax, Johnson y Johnson.
Que, además de ser más económicas, serían más fáciles de almacenar y trasportar, ya que se espera que puedan conservarse a temperatura de refrigerador, y no puntos de congelamiento o de ultrafrío como las de Moderna y Pfizer.
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No obstante, la preocupación que embarga a los expertos se relaciona con la disponibilidad de suministros y las variaciones futuras en los precios.
Aún se desconoce si la cantidad de suministros con que cuentan las farmacéuticas logrará mantener la producción de vacunas y podrá seguir proveyéndolas a los distintos países del mundo.
Además, algunas farmacéuticas han asegurado anular sus ganancias, vendiendo las vacunas a precio de costo durante la crisis, sin embargo, una vez la crisis sea superada, los precios podrían incrementarse hasta el punto de no ser asequibles para la mayoría de la población mundial que no cuenta con recursos suficientes.
Por ello, es necesario que se desarrolle el mayor número de vacunas posibles, por parte de farmacéuticas distintas que puedan suministrarlas a todos los países que las requieran.
La vacuna Sputnik V, según el gobierno ruso, será distribuida al precio más bajo a países que la necesiten, incluyendo India o Brasil.