La situación de salud pública en el vecino país brasileño se ha constituido en una preocupación mundial. Brasil hoy es el segundo país con mayor mortandad por causa de la Covid-19 y ha sido muy cuestionable la gestión del presidente Jair Bolsonaro durante la pandemia.
Por este motivo, los brasileños han respondido a su gobierno con un cacerolazo multitudinario, en rechazo de la falta de medidas y restricciones que le ha costado la vida a una cifra récord de ciudadanos.
Bolsonaro ha conseguido convertir a Brasil en un infierno gigantesco. Si Dante viviera en Sao Paulo y volviera a escribir sobre el Infierno seria considerado un escritor costumbrista. Le bastaría contar la tragedia que se ve todos los días por el Covid.
— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) March 24, 2021
Solo en 24 horas, el país ha reportado hasta más de 3 mil muertes y más de 82 mil contagios por el virus, y la gran mayoría de los estados del país reportan tasas de ocupación de camas UCI superiores al 80 por ciento.
Esto implica, que los casos graves de la enfermedad difícilmente podrán ser tratados y atendidos debido a la escasa disponibilidad de unidades de cuidado intensivo.
Sumado a ello, algunos hospitales han informado que no cuentan con oxígeno para poder suministrar a los pacientes que presenten dificultades respiratorias asociadas al padecimiento del virus mortal.
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#Cacelorazo l En Rio de Janeiro también se registraron protestas contra el presidente Jair Bolsonaro en la noche de hoy. En Rio más de 500 personas esperan en la fila por un cama de terapia intensiva y más de 35 mil perdieron la vida por la Covid-19. #Brasil pic.twitter.com/wmEuG9N2Ra
— André Vieira (@AndreteleSUR) March 24, 2021
Brasil también ha sido escenario del surgimiento de una nueva variante del Covid-19, y en su territorio se ha reportado la existencia de nuevas cepas que surgieron en otros países, incluso más infecciosas.
Ante todo este panorama desalentador, el presidente Jair Bolsonaro insiste en que el país vencerá el virus y este desaparecerá, pero que es necesario que se regrese a la normalidad manteniendo el modo de vida y los empleos, por lo que el mandatario ha prescindido de medidas estrictas que resten velocidad a la transmisión de la enfermedad.
La Organización Panamericana de la Salud, OPS, manifestó su preocupación por Brasil y los demás países limítrofes, además enfatizó que el virus está lejos de desaparecer y que urgen medidas de contención.
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