Una monumental estatua de una paloma blanca de 1.50 metros de ancho y 1.80 metros de alto, denominada por sus creadores como la “Paloma de la Paz”, fue instalada por un grupo de activistas en la Plaza de Bolívar de Bogotá, para hacer un llamado al gobierno nacional y a la sociedad civil a retomar la agenda de Paz. Rifirrafe entre Martín Santos y Hassan Nassar por paloma de Fernando Botero.
“Este gobierno no ha tenido la más mínima empatía para ponerse del lado de la gente y el 7 de agosto la Paloma de la Paz volverá a la Casa de Nariño. Si este Gobierno hizo trizas la paz, nosotros haremos trizas la guerra.”, así se pronunció el congresista electo por el Pacto Histórico, David Racero.
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Líderes políticos que respaldan la candidatura presidencial de Gustavo Francisco Petro Urrego y su fórmula vicepresidencial Francia Márquez, además de cientos de ciudadanos, acompañados por el cantautor Piero, fueron los protagonistas de este evento simbólico por la paz.
El llamado es a que cesen las masacres, las muertes de los líderes y lideresas sociales, la muerte de los que firmaron el acuerdo de paz de la Habana y las amenazas y muerte contra los defensores de los derechos humanos.
Además de Piero, al acto se hicieron presentes, entre otros, personajes de la vida política del país como David Racero, María José Pizarro, María Fernanda Carrascal, Alejo Toro, León Fredy Muñoz, también hizo presencia el abogado activista Juan Carlos Upegui.
Se contó con la asistencia de cientos de ciudadanos comprometidos con la paz de Colombia que se movilizaron entre aplausos y gritando arengas en favor de la paz, llamando la atención de los comerciantes y visitantes de la plaza de Bolívar en esa hora del día.
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Esto le valió para ser tenido en cuenta como uno de los actos simbólicos más llamativos de la actualidad que involucra el proceso de paz en Colombia; un acto esperanzador para todos aquellos que han sufrido de alguna manera de este flagelo, de disfrutar de un futuro para ellos y sus hijos con más oportunidades.
Sin embargo, a pesar de todo el simbolismo esperanzador para un mejor mañana; hubo un episodio que quiso ensombrecer el evento: la policía no permitió que los entusiastas llegaran con la paloma hasta las afueras de la casa de Nariño, pero la promesa es que esta escultura seguirá haciendo parte de la cotidianidad de la ciudad.
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