El alcalde de Medellín Federico Gutiérrez tomará medidas drásticas contra las plataformas de arriendos cortos tipo Airbnb y Booking.
Los inversionistas de apartamentos y casas duplex se verán afectados si la medida se llega a ejecutar en la ciudad de Medellín. Algunos rentistas invirtieron millonarios recursos en compras de apartamentos, ahora tendrían que vender dichas propiedades.
Fico Gutiérrez toma decisiones socialistas
Aquí lo contradictorio de Federico Gutiérrez es que tomará medidas anticapitalistas y contra la propiedad privada. La alcaldía estaría regulando a la libre competencia, medidas que ocurren en países socialistas.
Si un inversionista quiere rentar su capital no debería ser regulado por una alcaldía, pero en Colombia se tomaría una decisión histórica.
Por el otro lado, la población de Medellín se ha visto afectada por la estratificación de sectores residenciales ante el boom de los nómadas digitales y los extranjeros que llegan en búsqueda de sustancias psicoactivas y prostitución.
La población de Medellín ha sufrido con este fenómeno porque lo extranjeros que tienen más capacidad adquisitiva que los colombianos pueden pagar arriendos de $4 millones, pero los colombianos, no.
El alcalde de Medellín señala que la explotación sexual ha crecido exponencialmente y que tomar esta medida es necesaria para acabar con el turismo perverso.
“En edificios y urbanizaciones familiares no se seguirá permitiendo el uso de apartamentos o casas para temas de arrendamiento de ciclo corto donde se dedican al tema de la explotación sexual y la prostitución en nuestra ciudad y no dejan vivir a los vecinos tranquilos”, señaló Gutiérrez, el pasado domingo en rueda de prensa.
El concejo de Medellín tendrá en sus manos este proyecto que deberá votar para ver si la ciudad de la eterna primavera les pone freno a los extranjeros abusadores.
De cada 2 turistas que llegan a Medellín, 1 es extranjero. Lastimosamente, estos turistas extranjeros parecen que son lo ‘peorcito’ de cada país.
La propuesta ha generado esperanza para la población afectada en Medellín, pero un mal sabor entre la extrema derecha que defiende la propiedad privada y la libertad de capital.
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