Los males que ha desatado Francisco Barbosa en la Fiscalía

Al parecer, en la Fiscalía se lleva a cabo una red favores ilícitos.
Barbosa y Mancera de la Fiscalía General de la Nación.

Francisco Barbosa sigue haciendo méritos para pasar a la historia como el peor fiscal general de Colombia. Al día de hoy, es incapaz de reconocer la frontera que divide los intereses generales de los particulares.

A pesar de la mezcolanza de males que ha desatado el fiscal general, algunos han sido imposibles de esconder. En su momento fue archivada la denuncia penal contra su esposa Walfa Téllez, quien fue acusada de contratar con una empresa que había investigado cuando fungía como contralora.

Barbosa hace favores en la Fiscalía

Como era de esperarse la encargada de hacer este favor fue la vicefiscal Martha Mancera. Sin embargo, esta diligencia no fue de gratis, Barbosa contrató al hermano de Mancera como técnico de computadores en la Fiscalía y fue ascendido a fiscal delegado ante jueces municipales.

En pocas palabras, Francisco Barbosa contrata a fulano mientras sus amigos enganchan a zutano. Un ejemplo clarísimo es la contratación de María Elena Monsalve, compañera sentimental de la vicefiscal, fue designada directora especializada contra el narcotráfico.

A pesar de que el nepotismo está prohibido en la función pública de acuerdo con el artículo 126 de la Carta Política, esto no parece importarte a Barbosa. Con desfachatez absoluta, la mano derecha de la señora vicefiscal Mancera es la directora de Seguridad Territorial Luisa Obando Guerrero.

De acuerdo a un artículo de Daniel Coronell publicado por la Revista Cambio: “Su hermana Lina Obando, psicóloga de profesión, fue nombrada como investigadora adjunta al despacho de la vicefiscal poco después de que Luisa entrara a la Fiscalía. Luisa además ha tenido una bonita relación con Víctor Manuel Forero, un miembro del CTI que se desempeña como jefe de investigaciones de la Fiscalía Delegada para la Seguridad Territorial, es decir la de Luisa”.

Lo curioso de este entramado es que Víctor Manuel fue quien presionó a Fabio González, otro agente del CTI, para cambiar la declaración donde se acusaba a Francisco Javier Martínez Ardila, jefe del CTI en Buenaventura, de estar vinculado al narcotráfico y tráfico de armas.

Como es costumbre la vicefiscal decidió ignorar el caso, a pesar de que había sido debidamente informada por parte de los agentes del CTI. La respuesta de Mancera fue acusarlos de actividades ilícitas.