
El Gobierno Nacional, encabezado por el presidente Gustavo Petro, ha tomado una decisión drástica para proteger la industria de confecciones y calzado en Colombia. A través del Decreto 1184 de 2025, firmado por el Ministro de Hacienda, Germán Ávila Plazas, y la Ministra de Comercio, Industria y Turismo, Diana Marcela Morales Rojas, se modifica parcialmente el Arancel de Aduanas.
La medida principal establece un arancel del 0% para la importación de una larga lista de materias primas e insumos textiles, beneficiando directamente a los productores nacionales que enfrentan una dura competencia de productos terminados extranjeros.

¿En qué consiste la reducción de aranceles?
El decreto, expedido el 8 de noviembre de 2025, busca reducir los costos de producción del sector manufacturero textil. La modificación (Artículo 1 del decreto) aplica un gravamen arancelario de cero por ciento (0%) a una extensa lista de subpartidas que incluyen, entre otros, hilados de seda, lana, algodón y fibras sintéticas.
Crucialmente, el Artículo 2 del mismo decreto especifica que esta reducción arancelaria «se aplicará solo a las importaciones provenientes de países con los que Colombia no tiene acuerdos comerciales vigentes». Esta precisión es fundamental, ya que apunta a diversificar las fuentes de suministro de insumos sin afectar los compromisos comerciales ya existentes con socios estratégicos.
La decisión del Gobierno Petro no es aislada. Responde a un análisis detallado de la situación del sector de confecciones y calzado, uno de los principales generadores de empleo y valor agregado en el país.
Según los considerandos del Decreto 1184, la industria enfrenta una competencia que considera desleal, principalmente de importaciones provenientes de países sin acuerdos comerciales.
El documento revela cifras preocupantes. Durante el año 2024, el sector de hilados, textiles y confecciones empleó a 490 mil personas, representando el 2,5% del empleo nacional y el 5,4% del empleo industrial. Sin embargo, el volumen de importaciones es masivo. El mismo decreto señala que en 2024 entraron al país 490 millones de artículos de estos sectores (incluyendo textiles, confecciones y calzado), por un valor total de 2.5 mil millones de dólares (lo que equivale a cerca de 10 billones de pesos colombianos).
El problema central, identificado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, es que el «principal origen de importaciones de confecciones corresponde a países con los que Colombia no tiene acuerdos comerciales». De hecho, de ese gran total, 23 millones de artículos provinieron de estas naciones.
El MinComercio argumenta en el documento que estas importaciones «suelen ser el resultado de prácticas de subsidios en sus países de origen o están gravados con aranceles bajos», lo que genera un «impacto perjudicial» para el sector. La industria nacional, por tanto, se encuentra en una posición de desventaja para competir, afectando su permanencia en el mercado.

La estrategia: Bajar costos para competir mejor
La lógica detrás del decreto es clara, si no se pueden frenar todas las importaciones de producto terminado (muchas veces por acuerdos vigentes), si se puede fortalecer al productor local reduciendo sus costos de producción.
La Ministra Diana Marcela Morales Rojas y el Ministro Germán Ávila Plazas apuestan por esta estrategia para reindustrializar el país.
Al eliminar los aranceles a las materias primas (hilados, tejidos, etc.) que vienen de países sin TLC, se permite a los confeccionistas colombianos acceder a insumos más económicos.
Esto, en teoría, debería reducir el costo final de la prenda «Hecho en Colombia» y mejorar su competitividad frente al producto importado que llega a bajos precios.
El decreto subraya que «la reducción de aranceles de las importaciones de las materias primas e insumos del sector, confecciones y calzado es la estrategia más adecuada para reducir los costos de producción». El Gobierno busca proteger los «eslabones de la cadena» donde existe producción nacional robusta, como la confección de ropa y la fabricación de calzado, sacrificando el arancel de los insumos que, en muchos casos, no se producen en el país.
Vigencia y revisión de la medida
Esta nueva política arancelaria no es permanente. El Artículo 3 del Decreto 1184 de 2025 establece que la medida tendrá una vigencia de dos (2) años a partir de su entrada en vigor.
No obstante, el Gobierno se compromete a un seguimiento estricto. La norma indica que, antes de finalizar el primer año de vigencia, el Comité de Asuntos Aduaneros, Arancelarios y de Comercio Exterior deberá realizar una evaluación de la medida.
Este comité analizará el impacto del arancel 0% en la competitividad de la industria, el empleo y los precios al consumidor, para determinar si se prorroga, se modifica o se elimina.
La entrada en vigor del decreto no es inmediata. Según el Artículo 4, las nuevas disposiciones comenzarán a regir quince (15) días calendario después de su publicación. Dado que la publicación fue el 8 de noviembre, los empresarios podrán empezar a importar sus materias primas sin arancel a partir del próximo 23 de noviembre de 2025.
Redacción Nación Pluralidad Z.



