¿Me tendré que poner la cuarta dosis? ¿Por qué los científicos ya hablan de una cuarta inyección?, el coronavirus no se detiene, más bien avanza lentamente con nuevas variantes.
Inmediatamente después de la tercera inyección, el refuerzo, los anticuerpos aumentan rápidamente. Pero luego, aproximadamente un mes después, comienzan a disminuir. Como resultado, la protección contra la infección se reduce a alrededor del 50 % tres meses después.
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Entonces, la pregunta es: ¿debería recibir una cuarta dosis para reforzar la protección nuevamente?
Un estudio preliminar de Israel, publicado el martes pasado, sugiere que para la población en general, la respuesta probablemente sea no. Una cuarta inyección de la misma vacuna, en este caso Pfizer-BioNTech o Moderna, ofreció muy poca protección adicional contra la infección en comparación con solo tres inyecciones.
«Ni una tercera dosis, ni una cuarta dosis, ni una quinta dosis harán nada para detener las infecciones [a largo plazo]», dice la Dra. Gili Regev-Yochay, especialista en enfermedades infecciosas del Centro Médico Sheba en Tel HaShomer, Israel, y autor principal del nuevo estudio.
Pero eso no quiere decir que una dosis adicional no tenga sentido en todas las circunstancias. Para las personas mayores o aquellas con alto riesgo, es posible que se necesite una dosis adicional para ayudar a mantener la protección contra enfermedades graves, dice Regev-Yochay. «Una cuarta dosis probablemente tenga un papel en la protección contra enfermedades graves. He visto datos preliminares que investigan esa cuestión».
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¿Qué hace una cuarta dosis al sistema inmunológico?
En el nuevo estudio, Regev-Yochay y su equipo dieron una cuarta inyección a unos 300 trabajadores de la salud, ya sea de Pfizer o de Moderna. Y luego observaron si esas personas tenían menos probabilidades de infectarse mientras trabajaban en el Centro Médico Sheba, en comparación con unos 400 trabajadores de la salud que habían recibido solo tres inyecciones.
También midieron los niveles de anticuerpos en la sangre de los trabajadores de la salud antes y después de la cuarta dosis.
Aunque la inyección adicional aumentó los niveles de anticuerpos hasta aproximadamente el nivel observado justo después de la tercera inyección, el aumento de los anticuerpos no se tradujo en una fuerte protección contra la infección. La dosis adicional redujo el riesgo de una infección solo entre un 10% y un 30%, informan Regev-Yochay y su equipo. Durante el período de estudio de 30 días, aproximadamente el 20 % de las personas que recibieron la inyección adicional se infectaron con la variante omicron del coronavirus, en comparación con aproximadamente el 25 % de las personas que recibieron solo tres inyecciones. La dosis adicional tampoco pareció activar las células T, que son fundamentales para eliminar una infección futura.
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Regev-Yochay y sus colegas concluyen que la cuarta dosis restaura parte de la protección perdida después de la tercera inyección, pero no aumenta la inmunidad más allá de eso.
Aunque los científicos no saben exactamente por qué la cuarta dosis no desencadenó una fuerte respuesta inmunológica, algunos creen que la vacuna actual podría no ser la mejor herramienta para combatir una variante tan infecciosa como omicron.
Las vacunas que ahora se administran fueron diseñadas para combatir variantes que circulan en 2020, que son muy diferentes de omicron.
«Creo que lo que está sucediendo es que estamos llegando a un umbral con esta vacuna», dice Jenna Guthmiller, inmunóloga de la Universidad de Chicago.
«Ómicron, en mi opinión, ha cambiado todo. Es mucho más probable que este virus cause una infección, por lo que lo que funcionó para variantes anteriores, como alfa e incluso delta, quizás no sea la misma vacuna que será necesaria para ómicron.»
Las vacunas actuales desencadenan una fuerte respuesta inmunológica dentro de la sangre, «lo que brinda una gran protección contra enfermedades graves», dice Guthmiller. Pero la vacuna no produce una fuerte respuesta inmunológica dentro del tracto respiratorio, donde el virus inicia una infección.
«Así que estoy muy emocionada de que la gente esté trabajando en vacunas basadas en las mucosas [como los aerosoles nasales] que realmente pueden entrenar nuestro sistema inmunológico dentro de nuestra nasofaríngea [área y] pulmones para brindar una protección sólida», dice ella. «Ese es probablemente el paso adelante que necesitamos si queremos obtener una protección sólida contra la infección con una variante, como ómicron, que es tan infecciosa».
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