El pasado fin de semana el reconocido periódico “The New York Times” publicó una noticia acerca de la operación militar ordenada por el gobierno colombiano que tuvo como resultado la muerte de una niña inocente.
¿De qué habla el reportaje The New York Times?
La historia habla sobre Yeimi Sofía Vega que con tan solo 15 años murió en dicha operación, y en su pueblo, Puerto Cachicamo, mientras sus allegados se dirigían al cementerio, muchos niños hacían un llamado al gobierno.
Los mensajes que llevaban los niños en pequeñas banderas blancas reclamaban que terminara la guerra que durante muchos años ha costado la vida de muchos colombianos inocentes.
Colombia ha vuelto a sus días más peligrosos con las masacres que ocurren por todo el territorio del país, los bombardeos, y el desplazamiento de miles de familias que solo son culpables de haber nacido en este país.
La operación que terminó con la vida de Yeimi fue un intento de las fuerzas militares por acabar con la vida de un disidente de las FARC, sin embargo, jóvenes reclutados fueron quienes sufrieron las consecuencias del bombardeo.
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The New York Times sobre Diego Molano
Las palabras del ministro de Defensa dejaron mucho que desear, al culpar a los grupos armados y referirse a los jóvenes reclutados como “máquinas de guerra”.
Tal como lo indica el NY Times, los acuerdos de paz que hace cinco años podían significar un cambio en Colombia, en realidad no se han cumplido, y el conflicto se encuentra en un estado lamentable.
La ayuda prometida con los acuerdos de paz a los pueblos más alejados y abandonados en Colombia, no fue lo suficiente para permitirle a todos sus habitantes tener una vida sin violencia.
La situación actual no es nada prometedora, los grupos al margen de la ley siguen reclutando a jóvenes que son víctimas y están abandonados por el estado.
El derecho internacional establece que antes de este tipo de operaciones se debe investigar si hay menores presentes y buscar alternativas para evitar a toda costa muerte de menores.
Ante esto, el ministro ha dicho que sus acciones siguen las reglas internacionales pero que es muy difícil determinar la edad de las personas dentro de un campamento.
La situación ha dejado a muchos colombianos indignados y ha dejado claro que el conflicto interno está muy lejos de terminar.
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