El multimillonario Jaime Gilinski es el nuevo héroe del sistema bancario de Inglaterra, su apuesta por Metro Bank lo ha puesto en la mira de la prensa internacional. ¡Los colombianos si saben del sistema financiero!
Metro Bank comenzó a tener pérdidas y Gilinski tuvo el olfato de comprar barato cuando las acciones comenzaron a desplomarse, con ese mismo olfato compró la compañía de alimentos más grande de Colombia (Nutresa), esta última sin pérdidas, pero barata en el mercado bursátil de Colombia.
Gilinski se metió en la fiesta británica
Metro Bank comenzó a crecer su red de sucursales, conocida por sus extravagantes fiestas de lanzamiento, aperturas de siete días y sucursales que admiten perros, atrajo a millones de clientes e inversores optimistas, que ayudaron a impulsar su valor de mercado a un máximo de £3.500 millones en 2018.
Pero la fiesta no duró. Metro no sólo no logró capitalizar el auge de la banca digital, sino que también enfrentó un error contable que lo puso en el lado equivocado de los reguladores del Reino Unido.
La saga acabó con el precio de sus acciones, llevó a la renuncia de Hill como presidente y frustró las esperanzas de reglas de capital más indulgentes que pudieran ayudarlo a competir con rivales más grandes.
Su fracaso en recuperar la confianza de los reguladores lo empujó a los brazos de otro multimillonario –el empresario colombiano Jaime Gilinski Bacal– que está ayudando a dirigir un plan de recuperación, y se esperan más detalles junto con los resultados anuales el 13 de marzo.
La historia de Metro Bank, sin embargo, estuvo marcada por la controversia desde el principio. En el aburrido pero confiable mundo de la banca minorista, es una montaña rusa de altibajos de 14 años que puede sorprender a los transeúntes que miran por la ventana de una de sus cavernosas sucursales con temática azul y roja.
Las decisiones de Gilinski
El pánico sobre si podría encontrar a alguien dispuesto a aceptar otro despeje llevó a una crisis que duró una semana en octubre.
Los clientes comenzaron nuevamente a retirar efectivo, las firmas de capital privado dieron vueltas y el Banco de Inglaterra se preparó para lo peor, sondeando a los principales prestamistas, incluidos NatWest y JP Morgan, sobre si considerarían una adquisición de emergencia.
También estaba sobre la mesa una posible ruptura y liquidación.
“En medio del pánico, el inversionista colombiano de Metro, que se hizo un nombre vendiendo activos de prestamistas en dificultades en América Latina, vio una oportunidad”, dice la prensa extrajera.
Después de las duras conversaciones del fin de semana, Metro cerró un acuerdo de último minuto que llevó a Bacal a adquirir una participación mayoritaria del 53% por sólo 100 millones de libras esterlinas, lo que supuso una inversión fundamental para un paquete de rescate mayor de 925 millones de libras esterlinas.
El rescate de Bacal llegó con condiciones, incluida una limpieza del liderazgo y su propio nombramiento en la junta. Con su hijo ya instalado y la opción de nombrar a otra persona para la junta potencialmente de nueve miembros, la influencia de Bacal parecía destinada a crecer.
Y sus planes de recuperación ya están en marcha. Vinculado al arrendamiento de propiedades para sus costosas sucursales en las calles principales, está recortando costos eliminando 800 de sus 4.000 empleados, revisando su modelo de sucursales abiertas los siete días de la semana e invirtiendo más efectivo en la automatización.
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