La actriz Carmenza Cossio es recordada por sus interpretaciones en producciones como ‘Matar a Jesús’, ‘El Arriero’, ‘La Reina del Flow 2’, ‘Lala´s Spa’, ‘Loquito por ti’, entre otras. Además, también se ha destacado por su talento en el teatro y el cine. La historia de Lina Tejeiro: no nací en cuna de oro.
Cossio, nunca ocultó su humilde origen, en el cual tuvo que sortear varias adversidades y aprender a valerse por sí misma, no es casualidad que se graduara de la universidad a los 56 años. En entrevista con la Revista Vea, contó cómo fue hacerle frente a las adversidades junto a su familia desde que era una niña.
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La actriz reveló que su infancia la vivió en la extrema pobreza, en un barrio ‘invasión’ de Bogotá, después de vivir por pocos años en Medellín.
“A mi papá lo trasladaron a vivir a Bogotá cuando yo tenía 10 años y llegamos a vivir en unas condiciones de extrema pobreza. Yo en Medellín vivía en un barrio popular que era Manrique Oriental, fue un cambio muy duro para mi vida. Yo venía de un barrio popular lleno de árboles, alegre y llegué a un lugar inhóspito sin calles, sin servicios eléctricos, eran los primeros asentamientos de Ciudad Bolívar. El cambio fue duro y triste. Recuerdo las primeras épocas de mi vida de tristeza profunda”, comentó la mujer de 57 años.
Los padres de Carmenza tenían diversas dificultades, entre ellas problemas de salud: “mi mamá había sufrido un derrame cerebral y tenía medio cuerpo torcido, además había perdido su capacidad cerebral, hablaba raro, tenía una discapacidad evidente. A mi papá le faltaba una pierna, le había perdido prestando en el servicio militar en un accidente de carro; así que el panorama era triste y desolador… de alguna manera la vida me mostró que debía asumir mi vida, salir adelante y ayudarlos a ellos”.
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Esta gran mujer no se dejó amilanar por las dificultades y decidió luchar por su futuro, por lo que buscó la forma de estudiar. “Descubrí un colegio de unas monjas salesianas y me armé de valor y fui y toqué la puerta. Les dije que llegaba a esa zona y quería estudiar en ese colegio y que si me daban una beca porque yo no tenía dinero. Esas monjas maravillosas me dieron la beca”.
Después de terminar el bachillerato deseaba seguir estudiando periodismo, pero nuevamente las dificultades económicas se convirtieron en un obstáculo, por lo que tuvo que emplearse para poder sobrevivir. Su primer trabajo fue en una aerolínea, donde fue víctima de abuso, razón por la cual al cabo de un tiempo renunció.
“Me voy a New York a casa de una prima que me recibe y empiezo a estudiar inglés y luego voy a Miami”. En el momento en que conoció a Hernán, el padre de Mónica, decidió regresar a su ciudad de origen donde tuvo que empezar de cero.
“Monté una empresa marroquinera con una amiga. Me encargaba de las ventas, de compras de materiales y trabajamos muy duro”, pero la apertura económica del país poco a poco las quebró. Afortunadamente terminó encontrando su talento para la actuación.
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