
En una conversación profunda y reveladora con Pluralidad Z, Juan Manuel Galán, exsenador y precandidato presidencial por el Nuevo Liberalismo, compartió detalles íntimos sobre su formación, la influencia indeleble de su padre, Luis Carlos Galán Sarmiento, y cómo la tragedia del 18 de agosto de 1989 redefinió su vida y la de su familia, marcada por el exilio y la amenaza directa de Pablo Escobar.
Juan Manuel Galán describe su infancia como «muy feliz», inmersa desde el principio en el doble mundo que definía a sus padres, la política y el periodismo. Su padre, Luis Carlos Galán, tuvo un ascenso vertiginoso en la vida pública. «Mi papá, cuando salió del Ministerio de Educación, que fue ministro muy joven a los 26 años con Misael Pastrana Borrero en 1970», recordó Galán. Tras su paso por el ministerio hasta 1972, el presidente Pastrana lo nombró embajador en Roma.

La vida de Juan Manuel Galán
Esa estancia en Italia tuvo un impacto familiar directo. «Allá nació mi hermano, mi hermano Claudio, además por eso se llama Claudio porque mi papá quiso ponerle un nombre romano».
Al regresar a Colombia, Luis Carlos Galán retomó su carrera política, pero la combinó con el periodismo en la revista ‘Nueva Frontera’, un medio dirigido por el expresidente Carlos Lleras Restrepo. Esta conexión no era casual; Luis Carlos Galán había trabajado en las juventudes de Lleras, quien lo envió a la UNCAT en la India, un viaje que, según su hijo, «disfrutó mucho».
La formación personal de Juan Manuel Galán también estuvo ligada a la esfera pública y pedagógica. «Yo, pues estudié en el Instituto Pedagógico Nacional, el Colegio de la Universidad Pedagógica Nacional, me gradué como bachiller normalista», relató con evidente orgullo, señalando que es uno de los diplomas que más valora y que ese colegio es también el de su hijo Lucas.
El 18 de agosto de 1989: «En un segundo la vida me cambió»
La vida de Juan Manuel Galán transcurría con las preocupaciones propias de un joven de 17 años que estaba a punto de graduarse. «Cuando estaba cursando grado 11, ya me iba a graduar del colegio, cuando uno piensa pues en el servicio militar, en qué va a estudiar», explicó. Sin embargo, esos planes se desvanecieron el 18 de agosto de 1989 con el magnicidio de su padre en Soacha.
El asesinato no solo significó la pérdida de su padre; fue el inicio de un exilio forzado. La amenaza del narcotráfico era explícita y letal. «Nos tenemos que ir del país porque Pablo Escobar dice que va por las familias de sus enemigos, entonces, pues no nos podíamos quedar en Colombia», narró Galán. La familia tuvo que dejar todo atrás: «dejar la casa, dejar los amigos e iniciar una nueva vida lejos de Colombia».
El destino fue París, Francia. Para un adolescente que no hablaba el idioma, el desafío fue monumental. «Yo llegué a París, a Francia, no sabía francés. Tenía que entrar a la universidad. Eso fue un gran reto para mí».
Lejos de ser solo un obstáculo, esa dificultad se convirtió en una herramienta de supervivencia emocional. Juan Manuel Galán lo ve en retrospectiva como un factor clave para procesar la tragedia. «Fue un reto y una dificultad que me permitió superar el duelo. El duelo de haber perdido violentamente a mi papá».
Mientras la familia intentaba asentarse en Francia, la violencia de Escobar los alcanzó nuevamente. «Allá nos enteramos a los pocos meses de que habían secuestrado a mi tía Maruja Pachón, la única hermana de mi mamá». El secuestro, que duró siete meses, sumió a la familia en un nuevo proceso de angustia, buscando su liberación y temiendo por su vida.
Galán logró ingresar a la prestigiosa universidad pública Instituto de Estudios Políticos de París, donde completó su carrera. Sin embargo, admite que su adolescencia fue atípica. «A los 17 años fue el asesinato de mi papá, prácticamente de la noche a la mañana, literalmente, en un segundo la vida me cambió».

El legado de Gloria Pachón: Le tocó ser mamá y papá
En su relato, Juan Manuel Galán hizo un énfasis especial en el rol de su madre, Gloria Pachón, durante esos años turbulentos. «Pasé de ser un adolescente que estaba en el colegio pensando también en la novia… a convertirme prácticamente en un adulto y a convertirme, pues, en ese momento en el apoyo de mi mamá».
Galán expresó una profunda admiración por la fortaleza de su madre frente a la adversidad. «Le tengo una deuda de gratitud impagable, inmensa, invaluable porque fue mi soporte, fue mi apoyo, le tocó ser mamá y papá y sacarnos a los tres adelante, a mi hermano Claudio y a mi hermano Carlos Fernando».
A pesar del dolor y la violencia que marcaron su juventud, Galán asegura que tuvo oportunidades y «las supe aprovechar». Su objetivo siempre estuvo claro: prepararse para volver. «Siempre pensando en regresar a Colombia para trabajar por el país y para trabajar por el sueño que tenía mi papá y por el que entregó su vida: de una Colombia justa, de una Colombia democrática, de una Colombia libre, soberana».
Ese compromiso, forjado en el exilio y el duelo, es el que ha guiado su carrera política y la de sus hermanos, Carlos Fernando (actual Alcalde de Bogotá) y Claudio Mario. A ellos se suma el legado familiar que también incluye a Luis Alfonso Galán Corredor, reconocido hijo extramatrimonial del líder liberal. «Y en eso estamos», concluyó Juan Manuel Galán. «Ya llevamos 27 años en eso».
Redacción Política Pluralidad Z.



