
En una contundente declaración el exsenador Gustavo Bolívar ha denunciado la existencia de «fuerzas oscuras» dentro del Pacto Histórico. Las críticas de Bolívar apuntan directamente al exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, y a las alianzas que, según él, contradicen los principios éticos y la lucha anticorrupción que enarboló la coalición de gobierno.
Esta situación ha llevado a Bolívar a suspender su aspiración y a plantear un ultimátum relacionado con el exalcalde de Medellín, si Quintero resulta ganador de la consulta interna, él se lanzaría de manera independiente en marzo, amenazando con una fractura definitiva en el movimiento que llevó a Gustavo Petro a la Presidencia.

Las alianzas cuestionadas de Daniel Quintero
Gustavo Bolívar, quien hace apenas tres meses lideraba las encuestas de favorabilidad dentro de la coalición, explicó que su inconformidad no es reciente.
Su principal reparo se centra en la participación de Daniel Quintero, a quien califica como «un imputado por corrupción». Bolívar recordó que fue uno de los promotores más vehementes de la campaña contra Rodolfo Hernández en 2022, utilizando precisamente el argumento de su imputación por corrupción. «Me puse a revisar mis tweets, encontré 25. ¿Usted votará por un imputado por corrupción o por un hombre con las manos limpias como Gustavo Petro?», cuestionó Bolívar durante una entrevista con el periodista Daniel Coronell.
Ahora, con Quintero en sus propias filas, siente que el Pacto Histórico ha «mirado para otro lado», permitiendo que esas «fuerzas oscuras» se infiltren.
El exsenador detalló que estas fuerzas no son etéreas, sino que se materializan en las alianzas políticas que Quintero está tejiendo. Mencionó, por ejemplo, el caso de la inscripción de la esposa del exalcalde de Barrancabermeja, un político también investigado por corrupción electoral.
Para Bolívar, esta es una muestra de la doble moral de Quintero, quien públicamente habla de «resetear la política» mientras por dentro, según él, actúa de manera tradicional.
La preocupación de Bolívar es mayúscula, al punto de afirmar que el caso de Quintero es «muy delicado» y que «lo va a llevar a la cárcel», lo que representaría un golpe devastador para la imagen del progresismo si llegara a ser su candidato oficial.

Gustavo Bolívar se uniría a Quintero si es inocente
El núcleo del argumento de Bolívar es la pérdida de la bandera anticorrupción, uno de los pilares fundamentales del Pacto Histórico. Aunque reconoce que en el actual gobierno se han «colado» funcionarios con cuestionamientos, la diferencia radical es que Quintero busca ser elegido popularmente como el representante de ese proyecto de cambio. «¿Por qué no esperar que el señor vaya a su juicio, demuestre su inocencia y vuelva? Y si lo hace, Gustavo Bolívar le carga la maleta», sentenció, insistiendo en que el exalcalde enfrenta un juicio el próximo 21 de noviembre.
La situación ha escalado a tal punto que Bolívar ha decidido declinar su aspiración para apoyar al senador Iván Cepeda. Sin embargo, esta movida táctica esconde una estrategia de contención. En lo que fue calificado como una «chiva» periodística, Bolívar reveló un acuerdo con Cepeda y otros precandidatos.
«Le propuse un acuerdo a Iván: vamos a trabajar duro para que ganemos esta consulta, pero si usted no gana, yo me lanzo en marzo porque no voy a permitir que el progresismo tenga como candidato a Quintero». Esta declaración fue confirmada y amplificada por la también precandidata María José Pizarro, quien dejó abierta la misma posibilidad.
El escenario que plantea Bolívar es que si Iván Cepeda o Carolina Corcho ganan la consulta, él se unirá a sus campañas sin reservas. Pero si el ganador es Daniel Quintero, su candidatura presidencial «está viva todavía».
Se presentaría a través del Frente Amplio, asegurando que ya ha recibido ofertas de avales de varios partidos, dado que actualmente no tiene una afiliación formal. Para Bolívar, esta no es una disputa personal, sino la defensa de una lucha histórica que ha costado vidas y sacrificios.
Permitir que figuras como Quintero, a quien asocia con una «nueva izquierda» junto a Roy Barreras y Armando Benedetti, lideren el movimiento es, en sus palabras, inaceptable.
La encrucijada del Pacto Histórico está servida: o cierra filas en torno a un candidato que genere consenso o se arriesga a una división que podría costarle caro en las elecciones presidenciales de 2026.
Redacción Política Pluralidad Z.
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