Bogotá vive un preocupante panorama con la inseguridad. Durante la pandemia la delincuencia se transformó, tornándose más violenta: atracos, sicariatos, robos de carros y viviendas, la venta de sustancias ilícitas, extorsiones, entre otros, adecuaron su modus operandi a la nueva realidad.
Las cifras son contundentes y muestran una realidad alarmante: El 76% de los ciudadanos consideran hoy que Bogotá es insegura. Solo en el primer semestre de este año, y en comparación con 2020, los homicidios aumentaron 15,2%.
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Además, las posibilidades de que la víctima muera en un atraco ahora son mayores. Según cifras oficiales, los asesinatos en medio de los robos tuvieron un incremento del 32,3%.
La situación en Bogotá corre el riesgo de empeorar. La alcaldesa Claudia López, prometió en campaña que sería la jefa de la Policía y haría temblar a los delincuentes; pero está sucediendo todo lo contrario, pues quienes tiemblan de miedo ante la inseguridad son los ciudadanos.
El mercado ilegal de armas utilizadas en los delitos en Bogotá
El origen de las armas utilizadas en los diversos delitos perpetrados en las calles de la capital, al parecer provienen del Norte y Centroamérica e ingresan por las fronteras terrestres de Urabá y por el Pacífico.
“Están llegando a Colombia bajo tres modalidades: una de ellas es el de armas ligeras y pequeñas que están llevando a cabo, ingresan desarmadas, en el cual están borrando el serial y son llegadas aquí a Colombia. En el tema de armas largas están enmarcadas en el tema de conteiners con piso doble fondo en el cual están llegando a través de tractocamiones”, aseguró el mayor Robin Rolando Franco Herrera, jefe del grupo de investigación judicial Sijín Bogotá.
Dentro del mercado negro se pueden conseguir de tres maneras: la primera es alquilándola por hora desde 15 mil pesos. La segunda forma es comprada en el mercado ilegal, se consigue un arma desde 300 mil pesos hasta 3 millones. Y, por último, se pueden conseguir armas hechizas que son las más peligrosas, porque no se sabe con exactitud el efecto del proyectil.
Respecto al contexto general, se ha comprobado que, tras el Acuerdo de Paz, firmado con la antigua guerrilla FARC, se registra una sobreoferta de armas ilegales en el mercado negro colombiano.
El esfuerzo del Gobierno también debe estar centrado en determinar las rutas del tráfico de armas ilegales para detener este mercado, que se ha convertido en una amenaza constante para los entornos rurales y urbanos.
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