Epa Colombia es condenada a 63 meses de prisión e inhabilitada para ser influencer

Condenan a Epa Colombia
Condenan a Epa Colombia a prisión.

La influencer Daneidy Barrera Rojas, más conocida como Epa Colombia, fue condenada a 63 meses y 10 días de prisión, además de tener que pagar una multa por 492 salarios mínimos y ser inhabilitada para ser influencer o youtuber.

Todo esto fue ordenado por el Tribunal Superior de Bogotá por los daños ocasionados por Barrera a TransMilenio en el año 2019 y que quedaron registrados en video.

Epa Colombia Foto Instagram
Epa Colombia / Foto: Instagram.

Epa Colombia, del 2019 a 2021

La exitosa empresaria Epa Colombia, quien se había convertido en ejemplo de superación tras la inauguración de sus peluquerías y la venta de sus productos capilares hoy es condenada a prisión.

Este sería el resultado de los actos de vandalismo de la influencer en el mes de noviembre de 2019 contra una estación de TransMilenio en la ciudad de Bogotá en el marco de las manifestaciones sociales.

Ya que, en su calidad de influencer, Epa Colombia se grabó ocasionando daños al patrimonio público y lo compartió en redes sociales.

La condena a Epa Colombia

Hoy el Tribunal Superior de Bogotá la sentenció a pagar 63 meses y 10 días de prisión, sin derecho a solicitar prisión domiciliaria. Además, deberá pagar una multa correspondiente a 492 salarios mínimos y se le prohibió continuar con sus actividades como youtuber o influencer.

La Fiscalía le había imputado a Epa Colombia los cargos de perturbación del transporte público, daño en bien ajeno e instigación para delinquir con fines terroristas; sin embargo, el juzgado segundo penal especializado de Bogotá no consideró el último delito.

La empresa Recaudo Bogotá, acreditada como víctima en el caso apeló a la decisión del juzgado asegurando que la instigación para delinquir con fines terroristas estaba comprobada y que fue cuidadosamente planificada.

Por lo que compartir el contenido de los actos vandálicos en sus redes sociales no fue considerado una forma legítima de libertad de expresión sino una incitación directa a la comisión de delitos generando “intranquilidad y pánico social”.