Compró una picada en Sopó, pero salió decepcionado

El hombre mostró su descontento con el plato que le sirvieron.
El hombre mostró su descontento con el plato que le sirvieron. Créditos: Twitter / @ReDesconfiado.

Un internauta reveló que vivió una gran decepción cuando pidió una picada en un restaurante de Sopó (a 1 hora de Bogotá), y le sirvieron algo completamente distinto a lo que imaginaba.

En la fotografía que compartió se puede observar que el plato estaba compuesto por: embutidos, dedito de queso, morcillas, chicharrones, arepa blanca con queso, chicharrones y papas.

El hombre mostró su descontento con el plato que le sirvieron.
El hombre mostró su descontento con el plato que le sirvieron. Créditos: Twitter / @ReDesconfiado.

Picada decepcionante

El plato estuvo acompañado de guacamole, salsa de tomate y una cerveza. El internauta no dudó en mostrar su enojo a través de un mensaje: “Pedí una picada aquí en la sabana de Bogotá y me pasaron esto, casi se la tiro por la jeta”.

Al parecer se trata del restaurante ‘El Tambor’ ubicado en diferentes partes de la sabana de Bogotá (Calera, Multiparque, Cajica, Sopó, Calle 80, Tenjo y Guasca).

Este restaurante cuenta con 2 picadas tradicionales, la poderosa que alcanza para 6 personas y el tambor que alcanza para 4 personas.

Como era de esperarse la publicación no pasó desapercibida para los usuarios, quienes no dudaron en dejar su mensaje tras la decepción: “Eso no es una picada, es un robo”; “La gente es feliz mamándose con que le metan los dedos a la boca con un plato cómo estos a 35k”; “eso no es una picada, es una robada de frente”.

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En la Sabana de Bogotá sigue vigente la gastronomía milenaria de la fritanga. Durante los fines de semana, las familias bogotanas suelen ir a almorzar al norte para degustar una gran picada.

Sin duda alguna, en la dieta de los bogotanos es infaltable una bandeja con morcilla, chorizo, gallina, longaniza, cortes de cerdo, pollo y res, papas saladas y criollas, plátano dulce, arepa de choclo, mazorca y aderezos como el ají o el guacamole.

Sin embargo, para poder comer una bandeja de este tipo existen reglas que no se pueden negociar: se come con la mano, se toma en compañía y se acompaña con cerveza o refajo.

A las afueras de Bogotá se pueden encontrar picadas muy completas, pero cada establecimiento ha calado en el imaginario colectivo por la frescura de sus morcillas, chicharrones, longaniza, suculentas carnes y maíz.

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