¿Cómo llegó Juan Gossaín a El Espectador?

El cronista relató cómo se convirtió en periodista.
Juan Gossaín relató cómo se convirtió en periodista. Foto: UTadeo.

En diálogo con José Gabriel Ortiz, el reconocido cronista y periodista colombiano Juan Gossaín reveló cómo pasó de contar cuentas en San Bernardo del Viento a las salas de redacción de El Espectador en Bogotá.

Durante la entrevista, Gossaín relató cómo su destino tomó un giro inesperado luego de completar sus estudios de bachillerato en Cartagena. Con aspiraciones universitarias, sus planes se vieron truncados por una grave enfermedad que padeció su padre, quien no pudo financiar sus estudios universitarios.

El destino le mostró su camino de periodista

“Yo quería estudiar derecho, era la única en mis tiempos que tenía relación con las humanidades y las letras. No pude, se enfermó mi padre muy gravemente y no me pudo pagar los estudios”, explicó.

Ante esta situación, un primo suyo, propietario de un molino de arroz en San Bernardo del Viento, le ofreció la oportunidad de trabajar en el negocio. Inicialmente se encargó de pesar el arroz, pero pronto asumió la responsabilidad de llevar los libros de contabilidad del molino.

“Él me mandó a Cartagena de regresó a estudiar un curso de contabilidad y yo volví al molino, ya no a pesar el arroz sino a llevar los libros de contabilidad”, agregó Juan Gossaín.

Sin embargo, fue su curiosidad y pasión por contar historias lo que lo llevó a explorar nuevos horizontes.

Mientras llevaba los registros contables en la oficina de la arrocera, se aventuró a escribir su primera crónica, una historia sobre unas misteriosas cajas de madera que llegaron a San Bernardo del Viento.

“A San Bernardo del Viento comenzaron a llegar unas cajas que no tenían dirección. Y empezó esa cosa de la magia Caribe: ‘¿Qué será eso? ¡No toquen eso! ¡Puede ser peligroso!’”, comentó en la entrevista.

Como no pudo aguantar la curiosidad, decidió inspeccionar las cajas en compañía del cajero pagador. Sin embargo, se llevaron una gran sorpresa al descubrir un manifiesto de carga escrito en inglés.

Pero lo del idioma no iba a ser obstáculo para resolver el misterio de las cajas, por lo que le pidió a un amigo que le comprara un diccionario inglés-español en Cartagena.

Su sorpresa fue mayúscula cuando se enteró, después de traducir el contenido, que las cajas guardaban las piezas de un hospital prefabricado enviado por unas monjas desde Inglaterra.

Una monja misionera que había estado en San Bernardo del Viento volvió a Inglaterra, les contó de una región muy pobre donde no había atención médica y mandaron un hospital de regalo”, aseguró.

En la misma máquina de escribir en la que registraba sus cuentas, Gossaín redactó la crónica de este descubrimiento y la título ‘Carta de San Bernardo del Viento’.

“A mí me pareció tan insólita la historia que me senté y la escribí. Esa fue mi primera crónica ¿Por qué la mande al Espectador? Porque era el único periódico que llegaba a San Bernardo del Viento”, dijo.

Sorprendentemente, la carta fue publicada, y el reconocimiento llegó cuando el mismísimo Guillermo Cano, entonces director del periódico, expresó interés en sus escritos.

Luego de dos o tres envíos similares, don Guillermo Cano le propuso que trabajara para El Espectador. No obstante, decidió rechazar la propuesta porque “vivía feliz en San Bernardo del viento”.

A pesar de su negativa, don Guillermo insistió y envió al señor Nicolás Chadid, agente de su periódico en Sincelejo, a visitarlo con una propuesta formal de trabajo y un pasaje para Bogotá.

“Yo dije: ‘no tengo interés por eso, yo vivo feliz aquí pesando arroz’. Me dio el consejo más sabio del mundo: ‘Los pasajes de avión si no se usan no se pierden, quédese con el y si algún día le dan ganas de irse, saque su pasaje y váyase’”, contó Juan Gossaín.

Aunque inicialmente rechazó la oferta de mudarse a Bogotá para trabajar en El Espectador, la persistencia de Cano y el estímulo de su familia lo persuadieron finalmente.

Así, Juan Gossaín partió hacia la capital, dejando atrás su vida como contador para adentrarse en el mundo del periodismo.

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