El turco Salt Bae es el cocinero más reconocido de internet, sus impresionantes cortes de filete y los reconocidos futbolistas y famosos que visitan sus restaurantes lo han convertido en una figura importante el sector de la comida.
La sensación de internet, cuyo nombre real es Nusret Gökçe, también toma un capuchino y melaza de uva como parte de su extraña dieta, a la que se adhiere junto con un agotador régimen de ejercicios.
El chef turco, de 38 años, ha descrito el ejercicio y la nutrición como «como huellas dactilares» en el sentido de que son «personalizados». Para el rociador de sal extravagante, esto significa dos vasos de agua sin gas a temperatura ambiente y cuatro albaricoques para comenzar cada día.
A esto le sigue un capuchino una hora más tarde antes de comenzar su entrenamiento diario. Los ejercicios incluyen planchas intensas con los pies en las paredes y levantar pesos pesados mientras se balancea sobre una pelota de gimnasia.
Incluso ha compartido videos de él corriendo en el mar y haciendo dominadas en dos puertas cuando se abren. Después de su entrenamiento inusual, Gökçe toma su desayuno que consiste en un bistec de 250 g con garbanzos, lentejas, frijoles y arroz negro.
Para el almuerzo tiene un surtido de verduras al vapor y un bistec de 250g. Es otro café por la tarde, esta vez un solo expreso, acompañado de un yogur con melaza de uva, un jarabe tradicional turco.
Esto lo mantiene activo hasta la cena a las 9:00 p. m. ¿lo has adivinado?, es otro bistec. Gökçe combina su tercera porción con mucha carne con una ensalada de remolacha, seguida de solo agua durante el resto de la noche.
Luego regresa al gimnasio por la mañana para hacerlo todo de nuevo. El dueño del restaurante, que cuenta con 39,3 millones de seguidores en Instagram, a menudo comparte videos de sus formas fuera de lo común de mantenerse en forma.
Se ha jactado de hacer abdominales en el borde de una piscina, sumergirse bajo el agua con cada repetición. Y ha pulido el piso de su gimnasio con una toalla mientras activaba los músculos destrozados de su núcleo.
En un reciente restaurante que inauguró en Londres, una factura de un cliente hambriento mostró que había gastado cerca de £ 1,812.40 en total, mientras que otro desembolsó £ 37,023, gastando £ 5,000 solo en servicio.
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