El presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, se negó a dimitir, cinco días después de besar en los labios a la estrella española Jenni Hermoso durante las celebraciones de la Copa Mundial Femenina 2023.
Hermoso afirmó que «no lo disfrutó» tras el incidente y posteriormente pidió que las acciones del presidente «no queden impunes «. El momento ocurrió cuando Rubiales felicitaba a la jugadora de 33 años por su papel en la derrota de Inglaterra por 1-0 en la final del Mundial de Sydney.
Luis Rubiales: no voy a dimitir
Se había informado que Rubiales renunciaría el viernes, donde sería reemplazado. Pedro Rocha es el nuevo presidente de la Federación. Sin embargo, afirmó espectacularmente que no dimitiría. Gritó repetidamente «No dimitiré» tras un largo monólogo en el que negó haber actuado mal con respecto al beso.
El miércoles, Hermoso hizo el reclamo -a través del sindicato FUTPRO- de que Rubiales “no quede impune” por el beso. Pidieron a la Federación Española de Fútbol que implemente «los protocolos necesarios» y adopte «medidas ejemplares». El protocolo oficial de la federación clasifica los ‘besos forzados’ como «conducta inaceptable con consecuencias inmediatas».
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El jueves, la FIFA abrió expediente disciplinario contra Rubiales: «La Comisión Disciplinaria de la FIFA informó hoy a Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, que abre un expediente disciplinario contra él por los hechos ocurridos durante la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA el 20 de agosto de 2023.
El presidente del Gobierno español, Sánchez, condenó el martes el comportamiento «inaceptable» de Rubiales y añadió que las disculpas del presidente del fútbol español «no han sido suficientes».
La viceprimera ministra Yolanda Díaz ha pedido la destitución de Rubiales de su cargo, diciendo: «Seguimos pidiendo la dimisión de Rubiales, que ha deshumanizado y agredido a una mujer. Sus excusas son inútiles».
El sindicato mundial de jugadores FIFPRO emitió un comunicado el miércoles pidiendo que se tomaran medidas inmediatas y agregó que «es profundamente lamentable que un momento tan especial… se vea manchado por la conducta inapropiada de un individuo en un rol que conlleva tanta responsabilidad».
El viernes, Rubiales rechazó sensacionalmente todos los llamados a su destitución, lo que calificó de «falso feminismo», antes de redoblar su posición.
“Ha llegado el momento de decir algo», añadió. «Me equivoqué y no era el momento de hacer ese gesto. ¿Es suficientemente grave que me vaya, después de hacer la mejor gestión del fútbol español? NO VOY A DIMITIR”.
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