En 2001, Hernán Darío ‘El Bolillo’ Gómez, se encontraba dirigiendo a la selección de fútbol de Ecuador y celebraba junto a los jugadores e hinchas victorias importantes que acercaban a la selección el sueño estar por primera vez en un mundial de fútbol.
Sin embargo, la felicidad del entrenador se vio frenada abruptamente cuando una situación puso en peligro su vida.
“Llegaron a ponernos problemas y nos tocó responder. Y nos dieron bala, y casi nos matan, pero no pasó nada”, dijo Gómez al ser entrevistado años después del incidente.
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Joselo Rodríguez, quien dirigía un equipo de segunda división donde jugaba el hijo de Abdalá Bucaram, ex presidente de Ecuador, fue hasta el hotel donde se hospedaba “El Bolillo” para reclamarle por no convocar al joven jugador a la selección sub 20.
La discusión se tornó intensa y el técnico colombiano recibió un disparo en la ingle luego de que haber recibido un fuerte golpe en su nariz que lo dejó en el suelo. Un testigo en la escena se refirió a las intenciones del hecho diciendo que “era matarlo o lesionarlo”.
Horas antes, una ex diputada ecuatoriana y tía del jugador no convocado arremetía contra el técnico colombiano y decía que la no convocatoria era “un atentado contra un ecuatoriano por parte de un cocainómano colombiano”.
La política, Elsa Bucaram, fue vista ese día con quien llevaría a cabo el ataque contra Hernán Darío en las horas de la noche.
“He sido un hombre con suerte y ahora tengo mucha más suerte”, dijo el técnico en sus primeras declaraciones al salir del hospital.“Esta situación la asimilo de la mejor manera para aprender muchas cosas en la vida”, agregó.
La investigación realizada arrojó que quien disparó no fue Joselo Rodríguez sino José Camacho. Joselo pasó 6 meses en la cárcel para luego salir en libertad. No obstante, fue asesinado algunos meses después.
Aunque todo parecía indicar que los actos fueron orquestados por los Bucaram, en los resultados de la investigación no se involucró a dicha familia. “El Bolillo” se muestra tranquilo y dice que no acusó a nadie porque el apoyo de los ecuatorianos fue más grande que el atentado.
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