El debate entre Donald Trump y Kamala Harris, programado para el 10 de septiembre en Filadelfia, ha generado gran expectativa, especialmente tras la intensa disputa entre ambas campañas sobre las reglas del evento.
Este será uno de los primeros enfrentamientos directos entre los candidatos de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Entre las medidas más discutidas están las relacionadas con el uso de micrófonos, una cuestión que ha causado desacuerdo durante semanas.
Desde micrófonos silenciados hasta lanzamiento de moneda
Finalmente, ambas partes han llegado a un acuerdo sobre las normas. El debate será moderado por los periodistas David Muir y Linsey Davis, de ABC News, quienes también serán los encargados de formular las preguntas.
Sin embargo, no todas las reglas han sido bien recibidas, particularmente aquellas que buscan limitar las intervenciones espontáneas de los candidatos.
Uno de los aspectos más polémicos fue el uso de los micrófonos. La campaña de Harris abogaba por mantenerlos abiertos para permitir respuestas más directas y espontáneas. Sin embargo, la campaña de Trump insistió en que los micrófonos se apagaran cuando no fuera el turno de hablar de un candidato.
Finalmente, se acordó que los micrófonos estarán activos solo para el candidato que esté interviniendo, mientras que el del oponente permanecerá silenciado.
Otro detalle importante es que las posiciones de los candidatos en el escenario y quién tendrá la última palabra se definieron mediante un lanzamiento de moneda virtual. Trump, ganador del sorteo, optó por dar la declaración final, mientras que Harris eligió la posición de la derecha en el podio.
Estructura del debate y otras reglas clave
El debate tendrá una duración de 90 minutos, dividido en segmentos con dos cortes comerciales. Los moderadores serán los únicos que formularán preguntas, y no se permitirá que los candidatos interactúen directamente entre sí. Cada candidato tendrá dos minutos para responder, con dos minutos adicionales para refutaciones y un minuto extra para aclaraciones.
Además, los candidatos no podrán llevar notas ni accesorios, y deberán permanecer detrás de sus podios durante todo el evento.
El debate se llevará a cabo sin público en el Centro Nacional de la Constitución en Filadelfia, una sede simbólica, ya que Pensilvania es uno de los estados clave en esta contienda electoral.
Este primer debate será crucial para ambos candidatos, ya que establecerá el tono de sus campañas en la recta final hacia las elecciones
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