Director colombiano Ciro Guerra es denunciado por acoso y abuso sexual

Según un reportaje de la revista Volcánicas, donde denunciaron las agresiones, los hechos ocurrieron entre el 2012 y 2019, en el cual involucran al cineasta colombiana Ciro Guerra por acoso y abuso sexual.

Las denunciantes atacadas por Guerra, llevan los nombres de:

  • Beatriz (Acoso sexual con uso de la fuerza en Uber, en Nueva York, 2020)
  • Daniela (Acoso sexual en un bar de México, 2020)
  • Eliana (Acoso sexual con uso de la fuerza, en portería del ParkWay Bogotá, 2016)
  • Carolina (Acoso sexual laboral en Colombia, 2019)
  • Fabiana (Acoso sexual en Cartagena, 2013)
  • Teresa (Acoso sexual en Medellín, 2014)
  • Gabriela (Acoso sexual en Berlín, 2013)
  • Adriana (Abuso sexual en casa de Ciro Guerra en Bogotá, 2019)

Estos nombres fueron cambiados para proteger la identidad de las verdaderas víctimas.

Ciro Guerra es reconocido por las películas «El abrazo de la serpiente«, la cual fue nominada al Óscar como mejor película extranjera y Pájaros de verano. Guerra también trabajó en Netflix como productor ejecutivo de la serie Frontera Verde.

Acoso o abuso sexual de parte de Guerra

Según Volcánicas, periodismo feminista latinoamericano, los acosos sexuales se presentaron en diferentes niveles de gravedad.

Todo sucedió eventos como el Festival de Cine de Cannes, el Colombian Film Festival y el Festival Internacional de Cine de Cartagena.

Algunas de las reacciones descritas por las mujeres, en el reportaje, se presentaron, por parte de Guerra como:

  • Conversaciones de índole sexual.
  • Invitaciones a su hotel u apartamento.
  • El uso de la fuerza para tocarlas sexualmente, besarlas y, en un caso, abusar sexualmente, a pesar de que ellas le dicen que “NO” de forma clara, directa y reiterada.
  • Guerra usa su prestigio profesional para intimidar y establecer relaciones de poder abusivas frente a las agredidas.

Las acusaciones que ponen al descubierto al directo de cine Ciro Guerra, vienen acompañadas de grabaciones y chats.

Denuncias a Ciro Guerra

Las investigaciones fueron realizadas por las periodistas Catalina Ruiz-Navarro y Matilde de los Milagros Londoño.

Las denunciantes sienten temor, desde el momento que les sucedió todo, y por eso no habían hablado, además, prefieren evitar el escándalo público debido al éxito y poder del cineasta.

Por su parte, Guerra dijo que se iba a defender frente a todo lo dicho en su contra. Eliminó todas las publicaciones para evitar comentarios sin ningún fundamento, sobre todo, sin pruebas.

También dijo que contará toda la verdad, por medio de su instagram y el por qué de esos comentarios mal intencionados, con grabaciones de las mujeres que le culpan, para demostrar el complot que han armado en su contra.

Durante las entrevistas, las víctimas cuenta a la periodista cómo sucedieron las cosas.

Estos son algunos de los relatos:

Beatríz

«Llegó Ciro. Empezó a sacarme a bailar y al comienzo fue chévere, luego se volvió más intenso. Al salir Ciro estaba a la mitad del camino. Le dije: “Chao” y me fui. Nos fuimos a esperar el Uber, el man de la nada salió con su chaqueta y dijo: “Yo voy a Uptown, ¿quién va a Uptown?”. Yo iba para Uptown. Yo ya había pedido mi Uber y Ciro se montó en el Uber conmigo«

«Empezó a ponerme la mano en la rodilla, y yo a corrérsela con la cartera. Intentó darme un beso y empezó a manosearme la entrepierna. En ese momento le dije: “Lo siento mucho, yo tengo novio y no me interesa.”, y Ciro me respondió: “¿Y si no tuvieras novio qué pasaría?”, y le dije “¡Pues es que yo tengo novio! Y no pasa nada, pero pues ¡no!”. Entonces él me empezó a decir “ay, tu novio es gringo, ¿cómo haces con eso? ¿Cómo te puedes acostumbrar?”. 

Daniela

«En mi última noche en México, salimos a un bar. Ciro se sentó conmigo, me sacó a bailar. Ya en la mesa no quedó nadie del parche inicial y cuando se acabó la canción, le dije a Ciro: “Bueno, ya me voy, voy a pedir mi Uber. Ciro se sentó en una silla frente a mí y se tiró a darme un beso pero de una manera muy torpe y brusca, como intentando meterme la lengua en la boca, tan de la nada fue que hasta nos dimos un cabezazo. Yo quedé muy nerviosa, sentía que no podía ser grosera con el man«

«Le dije: “Oye, yo tengo novio y tú estás muy borracho”, y me respondió: “No pasa nada, vamos un rato a donde yo me estoy quedando, ¿qué tiene de malo tener unos orgasmos antes de dormir?”.Me metió la mano en el pantalón hasta la cola y me la apretó. Yo le quité las manos, lo empujé más fuerte. Seguía diciendo cosas asquerosas»

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Eliana

«Ciro me dijo: “Quédese y nos tomamos algo, yo la invito a un Martini”. Y yo dije: “Bueno listo, chévere”. Nos sentamos en una mesa a conversar sobre todas esas emociones de pasar de ser un cineasta normal a este nivel«

«Llegamos acá a la puerta de mi casa, abrí el portón del edificio y me empujó contra la pared que queda subiendo las escaleras, ahí me manoseó: me metió la mano dentro del pantalón y dentro de la camisa. No recuerdo que me haya intentado besar pero era un tipo inmenso, él es muy grande y gordo, y estaba encima mío metiendo sus manos en mi pantalón y camisa. Yo entreno igual un montón, tengo fuerza y pude sacarlo del edificio y cerrar la puerta«.

Carolina

«En una fiesta estaban varios actores, y él estaba con tragos y le bailó un poquito feo a unas compañeras y todas dijeron “qué tipo tan seba”. En la fiesta el tipo me habla y me dice: “¡Bailemos!”. Empezamos a bailar y el tipo me puso la mano en el culo por encima del pantalón, pero hasta el fondo, muy hasta el fondo, y yo me asusté mucho y lo alejé y fui corriendo a sentarme. Al día siguiente le conté a mis amigas, me dijeron: “El tipo es un cerdo”.

Una semana después hicimos  una reunión, empezó a pedirme anécdotas de mi vida sexual, me cogió la pierna y me dijo: “Bueno, Carolina, yo necesito que tú me cuentes algo, ¿con qué directores te has culiado?”.Y yo: “Pues, ¿cómo así? ¡Con nadie!”. Se puso a hablar de sexo superpesado: qué le gustaba y qué quería hacer; yo me sentí muy incómoda«

Fabiana

«Todo sucedió en el festival de cine de Cartagena. Yo no conocía a Ciro, pero había oído hablar de él. En una de las últimas fiestas en Bar Europa, yo estaba bailando y fui al baño. Él me persiguió al baño y se me tiró a darme un beso, yo me quité y le dije: “¡Qué le pasa!”. Él me dijo: “No diga nada, no diga nada”.

«Luego se me volvió a acercar y me dijo: “Nunca le vayas a decir a nadie”.

Teresa

«Yo hice un curso con él en 2014, un diplomado en temas audiovisuales. Me acuerdo de que iba a haber un concierto y como yo no iba al concierto, me quedé con él a tomarme la cerveza. Apenas nos quedamos solos, fue sentarnos y de una ¡pum!, a tirarme a la cara a besarme, sin que yo le hubiera dado señales de nada, entonces fui y compré la cerveza como para alejarlo y cuando me volví a sentar, otra vez tiró a besarme»

«Una amiga que también es del medio me dijo: “¡Pilas, porque es muy manisuelto!”. Luego, me lo encontré y otra vez empezó a tirarme a besarme y yo ahí le dije: “No, qué le pasa”. Más adelante, en el Ficci de 2018, me pareció super peye, porque él iba a hacer una serie con Netflix y me decía: “Quiubo, ya la metí en ese equipo”, y me sacaba eso en cara en todas las fiestas cuando me sacaba a bailar, como diciéndome: “Me tienes que pagar el favor”.

Gabriela

«Tuve la oportunidad de acercarme a él en el jardín de la embajada en donde estaban haciendo un evento y le hablé sobre mi tesis de la universidad, que era sobre audiovisual. Él parecía estar muy interesado. Yo pensé: “Qué gran oportunidad estar hablando con este cineasta colombiano”. En un momento, el man me tocó el hombro y bajó la mano hasta mi mano, me hizo sentir incómoda»

«Me dijo que deberíamos ir a rumbear, y ahí ya me pareció raro. Me empezó a decir: “Eres muy linda, cuántos años tienes”, y yo ahí me sentí como una imbécil de haber pensado que mi trabajo le interesaba, sino otra cosa. Empezó a ponerse más coqueto, me sentí muy mal y angustiada, y fui a donde mi novio a decirle: “Por favor, no me dejes sola con este man”. Me dio asco, y todo eso lo sentí durante esos dos días»

Adriana frente al abuso de Guerra

«Llegué a la casa de Ciro y él se estaba tomando un trago. Se agachó a mirar el computador, se le bajó el jean, y yo me di cuenta de que no tenía boxers. Me mostró un tráiler, pero antes se paró a apagar la luz, se sentó al lado mío en el sofá; yo tenía el computador en las piernas. Me puso el brazo en los hombros, me sentí muy incómoda porque me estaba arrinconando en el sofá. Se acercó más, yo sentía el peso de su brazo en el cuello«

«Me iba intimidando físicamente. Iba y venía como al baño, y la última vez que se paró y volvió se me botó encima, me dio un beso, yo no se lo contesté, pero tampoco lo empujé, me eché para atrás no más. Hubo otro beso que sí le respondí. Él me puso encima suyo y empezó a chuparme. Le tenía la mano empujándole la cabeza hasta que me levanté del sofá con suavidad y él me quitó el pantalón. Yo no sabía que hacer y no hice nada, pero repetía que no. Pude agarrar el celular, tenía abierta la conversación con Héctor, le empecé a mandar audios. Yo le decía que no y él decía “vamos, vamos”. Le decía “no me hagas esto, pensémoslo”, pero él me decía que no había nada que pensar, que se iba en tres días«.

¡Por favor no!

«Me decía: “Es que yo solo quiero ver, déjame verte” y yo le decía: “No, no más, de verdad”. Y me jaló el brazo e intentaba darme un beso, ahí yo ya no estaba tan conciliadora. Me metió al cuarto, yo estaba en calzones, y me dice: “Solamente un ratico, yo no soy el huevón de Héctor, no va a pasar nada”. Yo le decía: “Por favor no, por favor no”. No me emputé así de “hijueputa malparido” porque tenía miedo, me puse más tensa y ya no me dejé tocar más. El tipo me miraba como con sevicia y me metía el dedo en la vagina y me decía “un poquito, un poquito”. Entonces me cogió la mano y me la puso en su verga, y en ese momento yo sentía como si no fuera real lo que estaba pasando, mi brazo lo hacía pero era como si no fuera el mío»

Finalmente, el cineasta niega todo lo relatado por las chicas y está consciente que todo se debe arreglar legalmente.