Siguiendo los aromas de un café humeante y vanidoso, originado en las faldas verdes, vaporosas e infinitas del eje cafetero, sigue el garzón con su mano puesta elegantemente detrás de su cuerpo en la impecable sobriedad de la etiqueta y el glamour.
Atraviesa todo el espectacular recinto agobiado de suntuosidades y extravagancias, adornan bosquejos inconexos del cubismo de Picasso y el impresionismo de Monet, discrepando con un país pastoril y censurado por el analfabetismo; enceguecen las copas refulgentes, las puertas pulidas de fina madera, los picaportes importados y los rostros apacibles por la bonanza y la opulencia, hasta llegar a la zona húmeda de esta exclusividad arquitectónica de la capital de Colombia.
Allí con una risible indiferencia espera Salvatore Mancuso, para tomar el expresso en la piscina panda que esparce sonidos apacibles hasta el sauna y el spa, se ve relajado y muy tranquilo, sus manos libertinas y blancas se expresan habilidosamente entre risas de consentimiento, parafrasea y hace alarde de sus orígenes italianos, sin duda es el centro de atracción y todas las miradas convergen en este héroe tan desechable como perverso, pesa su autoridad y su nombre a pesar de que en los medios de comunicación ya se habla de órdenes de captura y de crímenes de lesa humanidad.
Es un cuadro indeliberado de otra dimensión, de otra realidad que ofende y pone en tela de juicio la prostituida justicia, legalizando la macabra teoría de que existe maldad buena y maldad mala.
Se rumora que cada masacre disfrazada de intervención militar, era acompañada de una turba de cocteles y de brindis en honores a la causa, donde la envalentonada nueva clase rica, sin educación y con éticas empíricas, decían a gritos refundar una patria donde el maldito comunismo no tuviera piso ni asidero. ¡La plata no se hizo con pendejos! Se escuchaba en medio de la algarabía de meseros, atareados por satisfacer esta orgía de solicitudes con propinas desmedidas y en plata de otro país.
Daniel Mendoza nos adelanta en las redes sociales y por algunos medios virtuales, que el motivo de su retiro de la acreditada corporación, fue por denunciar las relaciones de algunos socios y miembros de la Junta Directiva con el paramilitarismo, el neo-nazismo y la corrupción, existiendo consignas de los artículos publicados por este aguerrido abogado en El Tiempo, La Otra Cara, Kien y Ke, Vice, Las 2 Orillas y en otras plataformas.
Llama la atención este artículo del código disciplinario del Nogal haciendo enfáticamente esta prohibición «Hacer declaraciones o publicaciones en los medios de comunicación o redes sociales que causen daño al prestigio o a la imagen del Club o de sus integrantes, o en general atentar, de cualquier manera, contra el Buen Nombre de la Corporación». ¿Eso quiere decir que el socio debe hacer caso omiso ante cualquier incidente, incluso con algún hecho delictivo solo por resguardar el buen nombre del Nogal? ¿Es legal que los reglamentos de una entidad privada trasgredan o promuevan trasgredir las leyes?
De repente el mismo capítulo nos saca del destierro de la imaginación, lanzándonos entre la reposada melodía del caleño sesentero Juan Nicolás Estela, desvistiendo al fatigado bolívar de la 80 en su perpetua posición granítica, llorando por el futuro incierto y sofocado entre la caca de las palomas. Es la Colombia real y en sus justas proporciones, discurriendo en su demencial velocidad y en su desenfreno por la vida, es 1980, tiempos donde en Bogotá se concibe un metabolismo brutal originado por la narco economía, entremezclado con sudor, lágrimas y sangre, rincones sombríos, callejones sin salida, prostitutas codiciosas, humo sofocante, peatones precipitados y el bochinche de los buses en la guerra del centavo.
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Súbitamente aflora Virginia Vallejo afirmando en una entrevista en Miami EEUU, junto a la reconocida periodista María Elvira Salazar, que el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria le había confesado que el entonces muchachito con cara de seminarista Álvaro Uribe Vélez, había sido determinante en el desarrollo del emporio criminal porque les otorgó licencias a las pistas de aterrizaje, facilitando el embarque de cocaína hacia el país del “Tío Sam”.
Acto seguido pronuncia, que no fue solamente con Pablo Escobar, que lo hizo de forma general con la mayoría de los narcotraficantes del momento. Finalizando, mencionó que en dos ocasiones vio al expresidente Uribe, en la primera ocasión Pablo se lo presentó y le afirmó que a pesar de tener cara de yo no fui era un hombre muy iracundo, y en la segunda oportunidad, estando muy cerca del exmandatario en un aeropuerto le escucho decir “saludes al patrón”, dirigiéndose a un lugarteniente del temido capo.
Vallejo en esta misma entrevista desenmaraña fácilmente el gran misterio que se tejió entre Gabriel García Márquez, Pablo Escobar y Fidel Castro, pues según la periodista, este hecho no fue otra cosa que las ligerezas de Escobar, por tratar de establecer una ruta de simpatía con Fidel, aprovechando la cercanía del Nobel con el dictador y a través de una carta a sobre sellado. Este hecho nunca pudo ser corroborado, menos la existencia de la carta, pues Popeye en el libro “El Verdadero Pablo”, asegura que Jorge Avendaño, apodado «El Cocodrilo», fue quien logró el nexo entre Escobar y Fidel a través de Raúl Castro.
Prorrumpe el capítulo donde el belicista de oficina Alejandro Ordoñez es destituido del cargo de Procurador General de la Nación, recordando que este cuestionado jefe del Ministerio Público y hoy embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos, OEA, fue quien destituyó e inhabilitó por 16 años a Andrés Felipe Arias, al tiempo en que la Contraloría lo hallaba fiscalmente responsable. Sorprende ante estos hechos, que el uribismo siga afirmando que Arias es víctima de una persecución política… ¿Fuego amigo? ¿Uribismo paranoico?
Intimida el lema “Dios y Patria” examinando el mordaz estilo de la semántica fascista de la Italia de Mussolini, enervar con el nacionalismo y cobrar venganza sobre inocentes por pensar diferente; ya lo dijo claramente el Papa Francisco: “Qué nadie se escude en Dios para ser terrorista” y “La religión es una fuente de paz, no de violencia”.
Con todo, este aparte hace referencia a grupos radicalistas que frecuentaban este lugar, manifestando abiertamente su simpatía con el Nazismo y el patriotismo feroz, condenando en la hoguera el pensamiento político diferente. En las imágenes se ve claramente, como este movimiento conocido como “Restauración Nacional” en un desconocido acontecimiento le otorga una medalla al hoy Senador Uribe.
¡Soldados políticos expresa el guión de Matarife, grupos que profesan un profundo respeto por la religión y por las fuerzas armadas!
Con las deplorables imágenes del carro bomba que acabó con la vida de 36 personas inocentes, se hizo relevante que la hoy Vicepresidenta de la República, pernoctaba en el Nogal y hasta se rumora que mantenía reuniones con jefes de los grupos paramilitares, con la delincuencia de cuello blanco y el empresariado estafador, configurando de esta manera el lavado de activos, las operaciones militares clandestinas y las coimas por la contratación estatal. ¿Podríamos decir que este exclusivo lugar de la sociedad capitalina, se convirtió en la copia exacta de la terrorífica oficina de envigado?
Pero además se estableció en palabras de la magistrada de la sección tercera del Consejo de Estado Stella Conto Díaz del Castillo, que el Ministro del Interior Fernando Londoño junto a la Ministra de Defensa Marta Lucia Ramírez, desarrollaban actividades institucionales en el club, sin las debidas medidas de seguridad poniendo en riesgo a los civiles. Por otra parte, la testigo y víctima del repudiable hecho terrorista Bertha Lucía Fríes afirma ante los medios, que en el mismo lugar dormía el comandante paramilitar Salvatore Mancuso y que por estas razones la justicia le debía explicaciones a Colombia. (Por lo expuesto, el Consejo de Estado condenó al país por omisión).
No podemos dejar por fuera del escrito que Fernando Londoño fue inhabilitado por la Procuraduría de Edgardo Maya Villazón, por favorecer desde su privilegiado cargo al consorcio italiano Recchi de quien había sido su apoderado, sin olvidar también el caso Invercolsa y las famosas acciones que compró de forma irregular.
En consecuencia y como una estocada final a la indignación descarada del uribismo, sale el video de Salvatore Mancuso declarando que Francisco Santos siendo Vicepresidente de la República, propuso la creación del grupo paramilitar Bloque Capital, luego de revelar que toda la información de inteligencia provenía del DAS, Fiscalía, Ejército y Policía, refiriéndose explícitamente a listados y fotografías de los objetivos militares.
También admitió la incidencia de los grupos paramilitares en el resultado de las elecciones presidenciales que favorecieron al entonces candidato Álvaro Uribe Vélez, sustrayéndonos de la memoria el cuantioso número de congresistas que fueron a la cárcel ante las denuncias interpuestas por el Senador Gustavo Petro, demostrando el vínculo con los grupos paramilitares y dando apertura a la conocida etapa de la parapolítica.
En conclusión, son muchas las sombras que envuelven la figura del expresidente, dado que sus más altos funcionarios están en la cárcel o investigados por la justicia, sin embargo, el pensamiento crítico nacional apunta a creer que Uribe no burla las leyes por su aguda inteligencia, más por una justicia prostituida e inferior a sus competencias y que se duerme con el mejor postor. Por consiguiente, preguntamos ¿Quién se inventaría la falacia de que no existen pruebas para condenar a Uribe?
Terminando y como colombiano del común, quiero reconocer en medio del ciclón de malsanas estrategias para desprestigiar a Daniel Mendoza y vulnerar su titánica tarea de oxigenar cada viernes este emancipador material audiovisual, que el proyecto Matarife además de desnudar la cruda y vergonzosa realidad nacional, lo hace de una manera correcta y organizada. De ahí que la indiferencia profesada por el mismo Uribe y por sus más lenguaraces alfiles, como es el caso de María Fernanda Cabal y Paloma Valencia fracasó en todo el contexto nacional, y por el contrario este gran trabajo de recopilación histórica, se convierte día tras día, en los 7 minutos más eternos para el partido de gobierno y sus directivas.
¡Ladran los perros Delator, es señal de que vamos cabalgando en la dirección correcta!