El constante crecimiento de los casinos virtuales transformó para siempre esta apasionante industria, pues hizo innecesario el dirigirse hacia un establecimiento físico para disfrutar de una mano de blackjack en un recinto competitivo, y también juegos más azarosos como la ruleta, tragaperras, etc.
El blackjack es una disciplina que fusiona estrategia en cada movimiento, habilidad y esa pizca de suerte que se necesita para ganar en los casinos. Como la modalidad virtual viene cosechando adeptos, es momento de cuestionarse si ofrece una experiencia tan emocionante como la presencial y en qué se diferencian.
Al acceder a una partida en línea, los jugadores se sumergen de lleno en el mundo digital. De esta manera, el sonido envolvente y los gráficos realistas se encargan de recrear una atmósfera similar a los establecimientos tradicionales. Para que saques tus propias conclusiones, en este artículo hablaremos acerca de las similitudes, diferencias y hablaremos sobre el apartado emocional implícito tanto en el casino en línea como en el de toda la vida.
Diferencias
Con respecto a las diferencias, una de las más obvias es el nivel de interacción social de cada partida. Mientras que en los físicos es posible interactuar con otros jugadores, el blackjack online imposibilita las oportunidades de hablar con el crupier amistosamente, conversar con los compañeros de mesa, y experimentar diversas emociones junto a ellos. Por su parte, digitalmente se puede chatear pero no termina siendo lo mismo.
La accesibilidad de cada modalidad es completamente opuesta. Para jugar al BJ en línea, basta con tener un dispositivo inteligente en la mano (smartphone, tablet, notebook) e ingresar a determinada página web y conectarse a una sala. A su vez, antes era estrictamente necesario viajar hacia el establecimiento físico para divertirse apostando un poco de dinero.
Como todo está en el mismo sitio y no existen limitaciones estructurales, los casinos online ofrecen una mayor cantidad de variantes de juegos para elegir, con límites de apuestas diversos y opciones de juego que jamás podrían tener los físicos.
Aunque el blackjack virtual constantemente perfeccione las técnicas visuales y sonoras, la realidad es que muchos todavía siguen prefiriendo la experiencia de tener las cartas y fichas en la mano.
Similitudes
Entre las tantas similitudes, la más básica es que los dos funcionan mediante las mismas reglas. Por ende, el objetivo sigue siendo la obtención de una mano cuyo valor total sea próximo a 21 (o 21 exacto) sin pasarse y vencer al crupier en caso de que este obtenga menos puntaje o termine pasándose de 21. Además de eso, en los dos blackjacks es necesario tener cierto conocimiento de estrategias para que las decisiones tomadas durante las partidas no estén basadas puramente en la intuición.
Para conseguir mejores resultados, es clave tener en cuenta la mano repartida, qué carta visible tiene el crupier, cuántas probabilidades hay de que cada jugador obtenga determinado naipe, etc. Al tener en cuenta la mayoría de las variantes, será más sencillo encontrar el momento perfecto para pedir una más, plantarse a la espera de que el crupier se pase, doblar la apuesta o dividirla para aumentar las posibilidades.
No caben dudas de que ambos modos tienen intrínseco un apartado meramente azaroso, por lo cual, tengas las habilidades que tengas, el factor suerte será siempre determinante. Las cartas son barajadas de manera completamente aleatoria, lo cual hace impredecibles los resultados. Así, por más que sepas contar cartas, no será sencillo salir positivo de las mesas.
Experiencia emocional
A pesar de las diferencias planteadas, buena parte de los jugadores terminan optando por el blackjack online porque encuentran en él un nivel de suspenso similar al presencial. Mientras cada carta es repartida, deben analizar velozmente qué harán: piden, se plantan, dividen (llegado el caso), etc. Además, el ritmo de juego tiende a ser más frenético porque cada ronda se resuelve con velocidad, generando mayor emoción entre los asistentes. En menos tiempo se juegan más manos.
Como las opciones son amplias, no es necesario que jugadores novatos compitan ante experimentados ya que hay mesas económicas para que todos mejoren sus técnicas en base a la experiencia. De otra manera, los recién iniciados podrían sufrir experiencias frustrantes al ver que el resto de los jugadores gana y no ellos, lo que podría significar el abandono de esta práctica.