Que la Secretaría del Interior y Convivencia del Distrito de Cartagena le quedó grande a Bruno Hernández Ramos es lo menos que se puede decir del funcionario más incompetente del alcalde, Dumek Turbay Paz.
El precio político que ha pagado Turbay por mantener a un secretario insostenible en su equipo de gobierno es alto, para un mandatario como él, que vive de la pantalla, del rating, del espectáculo y de su concepción de imagen favorable ante la opinión pública.
Y reafirmo que Bruno Hernández es insostenible para que el periódico El Universal, un medio de comunicación tradicional que, se ha convertido en el portavoz de la Alcaldía de Cartagena a través de sus páginas completas dedicadas, para defender y exaltar la gestión de Turbay sin escrúpulos haya publicado el editorial «agosto violento» señalando los 44 homicidios ocurridos en ese mes, es solo una muestra de que es imposible negar la realidad de zozobra con la que vive el cartagenero de a pie de convertirse en una estadística más ante la posibilidad de quedar sucumbido en medio de un cruce de balas.
Para nadie es un secreto que la ciudad atraviesa una disputa territorial entre bandas de microtráfico que, luchan por expandir su mercado ilícito reclutando a jóvenes por $300.000 mensuales, a quienes se les ha negado la oportunidad de un empleo digno que, dignifique su vida y las de sus familias.
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Toda esta escena transcurre ante la mirada permisiva y hasta cómplice del alcalde, quien es la primera autoridad de policía, su secretario del Interior y el comandante de la Metropolitana, mientras la ciudadanía cuestiona y exige resultados contundentes en materia de seguridad, pero quienes deben velar por el orden público permanecen en una inercia eterna.
No hay que olvidar que Turbay antes de llegar a La Aduana lapidaba a la administración anterior contabilizando cada sicariato que ocurría en la ciudad, ahora mira para otro lado y sigue su paso de Bob, el constructor incluso responsabilizando al Gobierno nacional, como un intento desesperado, para tapar el fracaso de su tan aclamado y vendido «Plan Estratégico de Seguridad Integral Titán 24» durante su campaña electoral a la alcaldía.
314 asesinatos se han registrado hasta el 10 de noviembre de este año, lo que revela el fracaso de su política de su seguridad. ¿Dónde están los resultados de los programas de prevención del delito, de mejoramiento de la convivencia ciudadana, de jóvenes en riesgo, de trata de personas y la protección y defensa de los derechos humanos? Y ni que decir de las inversiones, para la atención integral, eficaz y efectiva del componente social de las comunidades más vulnerables.
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Lo único confirmado hasta ahora es que a Bruno Hernández lo carcome la incapacidad y la desidia administrativa, pues hasta octubre solo había ejecutado el 28,5% del presupuesto asignado para esta vigencia, lo demás que ustedes observen es ficción de niño bravo.
Artículo de Opinión de Christiam Zabaleta para Pluralidad Z.
