En el barrio Inglés y rodeado de una zona de talleres, se encuentra el Cementerio Hebreo del sur, el cual data del año 1932. Según el reportaje de Kevin Bolaños, por esa época, los judíos emigrantes que llegaron a Bogotá no tenían donde enterrar a sus muertos, por lo que decidieron comprar un terreno.
A la entrada del cementerio hebreo hay una puerta gigantesca con dos estrellas de David que representan la interacción de lo divino con lo terrenal. En el interior se encuentran 892 tumbas distribuidas a lo largo del lote.
Cementerio judío en Bogotá
En el centro del cementerio se encuentra ubicado un monumento construido en honor a las víctimas asesinadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
“IN MEMORIAM: que recuerden todas las generaciones judías que seis millones de nuestros hermanos judíos de Israel fueron asesinados por el nazismo en los años 1939-1945”, señala el monumento.
A diferencia del catolicismo, ninguna de las tumbas tienen imágenes, por el contrario, los judíos acostumbran a colocar solo la estrella de David y el candelabro de siete brazos llamado Menorah, el mayor símbolo del judaísmo, que representa la luz de Dios en cada uno de los días de la semana.
Tampoco hay flores. A cambio, los judíos dejan una piedra de mármol para indicar que han visitado a su ser querido. Al cementerio solo pueden entrar los familiares. Los vecinos que se encuentran alrededor no conocen el lugar.
El cementerio tiene una curiosa forma triangular. Al parecer, no es casualidad porque representa la sabiduría y la divinidad, así como el deseo de alcanzar un plano elevado.
Es imposible ingresar al cementerio, los muros son demasiado altos, al final hay unas rejas y en cada esquina hay cámaras de seguridad. Solo pueden entrar los familiares de los difuntos.
Desde 1900, un señor y su familia viven en el cementerio, por lo que se encargan del mantenimiento. El lugar fue declarado monumento nacional en el año el 30 de julio de 1998, después de una lucha jurídica para evitar que pasara una avenida por el terreno.
Los judíos comenzaron a llegar a Colombia después de la Primera Guerra Mundial. Procedentes de Rumania, Rusia, Polonia, Lituania, Austria y el norte de África, con el propósito de empezar una nueva vida alejada de tristes recuerdos.
Los judíos en Colombia han dejado una gran huella, han fundado empresas muy importantes como Patprimo, Lafayette, Koaj y Totto. Otras grandes empresas como Bavaria, Grasco, Plástico Rimax, productos Yupis, Bon Bril, entre otras fueron creadas por la comunidad judía.