El presidente chino, Xi Jinping, dijo el martes que “ninguna dificultad puede impedir que el pueblo chino avance”, pero al mismo tiempo también advirtió sobre “mares agitados” que se avecinan e instó al público a permanecer “vigilante” y prepararse para el peligro.
Según The Guardian , al dirigirse a los 3.000 miembros del Partido Comunista Chino (PCCh) y dignatarios extranjeros para conmemorar el 75º aniversario de la fundación de la República Popular China el lunes, víspera del día nacional de China, Xi dijo: «El camino por delante no será fácil, definitivamente habrá dificultades y obstáculos, y podemos encontrarnos con pruebas importantes como fuertes vientos y mares agitados, o incluso olas tormentosas«.
Xi Jinping sabe que China tendrá desafíos importantes
Sin embargo, dijo que “ninguna dificultad puede impedir que el pueblo chino avance”, pero advirtió al pueblo que esté “vigilante”, se prepare para el peligro y confíe en el partido y su ejército ante los tiempos difíciles.
Xi, quien ha reforzado el control sobre el PCCh y el pueblo chino durante su gobierno, elogió el avance de China desde que las fuerzas comunistas derrocaron al gobierno nacionalista y establecieron la República Popular China.
China, la segunda economía más grande del mundo y la nación más poblada, está luchando por recuperarse después de la pandemia de Covid-19 y tiene problemas en su sector inmobiliario, agravados por una población que envejece y un bajo gasto de los consumidores.
Recientemente, el gobierno ha implementado medidas para impulsar la economía, como la reducción de las tasas de interés y el aumento de la edad de jubilación, pero los analistas advierten que pueden resultar insuficientes. Además, las disputas territoriales en curso con Filipinas, Taiwán y Japón siguen alimentando las tensiones con Estados Unidos, un aliado clave de las tres naciones.
China quiere a Taiwán
Durante su discurso, Xi reiteró los planes de anexar Taiwán bajo lo que él llama “reunificación”.
El PCCh reivindica a Taiwán como provincia china, y su incorporación a la República Popular de China es una prioridad fundamental. Sin embargo, Taiwán nunca ha sido gobernada desde China continental desde que el PCCh tomó el poder allí.
«Taiwán es territorio sagrado de China, y los pueblos de ambos lados del estrecho de Taiwán están conectados por la sangre, y la sangre es más espesa que el agua«, dijo Xi, citado por The Guardian , citando a los medios estatales de China.
“Nadie puede detener la rueda de la historia”, añadió.
El PCCh no ha descartado usar la fuerza para tomar Taiwán y ha promulgado leyes que imponen la pena de muerte a separatistas serios, incluidos miembros de alto rango del gobernante Partido Progresista Democrático de Taiwán.
El pueblo de Taiwán y su gobierno elegido democráticamente rechazan abrumadoramente el gobierno del PCCh y están mejorando las defensas internas en preparación para un posible ataque.
Estados Unidos sigue siendo un importante proveedor de armas, con una reciente aprobación de un paquete de ventas militares por 567 millones de dólares para Taiwán.
En respuesta, China acusó a Estados Unidos de “conspirar” con los separatistas y advirtió que ese apoyo “tendría consecuencias negativas”. Un portavoz chino enfatizó que ninguna cantidad de armas estadounidenses debilitará su determinación contra la “independencia de Taiwán”.
«No importa cuántas armas proporcione Estados Unidos a la región de Taiwán, nunca debilitará nuestra firme voluntad de oponernos a la ‘independencia de Taiwán’ y de salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial de China«, dijo un portavoz citado por The Guardian .
Si bien el discurso de Xi Jinping en el 75° aniversario del PCCh ocupó un lugar destacado en los medios estatales, la cobertura fue moderada en comparación con años anteriores, probablemente reflejando la tensión financiera de los ciudadanos chinos. Por el contrario, Hong Kong se dispone a albergar un número récord de eventos bajo una fuerte supervisión policial, tras una ofensiva contra la disidencia y una reforma electoral que garantiza que sólo los funcionarios pro-Beijing puedan ocupar cargos públicos.
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