La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, retira su candidatura para irse contra Evo Morales y su representante, Luis Arce.
Las futuras elecciones presidenciales en ese país se darán el próximo 18 de octubre. Según las encuestas, Áñez se sitúa en el cuarto lugar mientras Luis Arce, del Movimiento al Socialismo (MAS), está en los primeros lugares.
Esto sucede cuando se cumple en noviembre pasado el golpe de Estado que destituyó al presidente Evo Morales. Esto ocurrió tras las protestas de miles de ciudadanos en su contra.
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La esperanza de Bolivia no es con Evo Morales: Áñez
“Hoy dejo de lado mi candidatura a la presidencia de Bolivia, para cuidar la democracia”, afirmó Áñez en un mensaje televisivo.
Además explicó que lo hacía para que no se dividiera el voto democrático entre los distintos partidos.
“Si no nos unimos, vuelve Morales; si no nos unimos, la democracia pierde; si no nos unimos, la dictadura gana”, afirmó Áñez junto a su candidato a la vicepresidencia, Samuel Doria Medina, y otros aliados políticos.
Mientras tanto Luis Arce, que viene del mismo partido que Morales, tiene una credibilidad del 40% de la preferencia electoral. Esto indicaría que Arce obtiene el respaldo de las clases medias urbanas y de las clases populares para la ganar la presidencia.
Por dicho motivo, Añez quiere unir todos los partidos para que la supuesta dictadura no regrese a Bolivia. De igual forma la prensa boliviana declara al partido MAS como el “enemigo público número uno” y un “cáncer” para la democracia.
Si Áñez gana las elecciones tiene muchos retos en el país: Controlar las protestas de los seguidores del expresidente, tomar medidas a favor de los empresarios del oriente boliviano y organizar el Estado por la pandemia del coronavirus.
Reacciones ante la noticia
“Como lo habíamos advertido, Áñez renunció a su fallida candidatura con una doble traición a sus militantes y candidatos. Hace mucho que estaba decidida, solo faltaba negociar su impunidad”, afirmó Evo Morales desde su exilio en Argentina.
“Esta acción responde a un acuerdo de políticos en contra de la voluntad de la gente. Huele a negocios. Huele a [búsqueda de] impunidad para los responsables de la compra con sobreprecio de respiradores y para los responsables de las masacres de noviembre”, declaró Sebastián Michel, vocero del MAS.
Luis Fernando Camacho, líder de las protestas que antecedieron a la caída de Morales, estuvo a favor de la noticia. Aportó su respaldo.