Las bananas se encuentran entre las frutas más populares que se comen en todo el mundo. Se cultivan y consumen localmente, por lo que proporcionan alimento a casi 500 millones de personas, y las exportaciones de banano generan ingresos valiosos. ¿Por qué el chocolate es el dulce más consumido en el mundo?
En la década de 1950, el mal de Panamá o enfermedad de Panamá, causado por el hongo Fusarium oxysporum cubense Raza 1, diezmó la oferta mundial de bananos. Este desastre se superó con la introducción de una nueva variedad de bananas Cavendish.
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El mal de Panamá
Sin embargo, una nueva raza del hongo, conocida como Tropical Race 4, se extendió recientemente por los continentes y las plantaciones de banano de Cavendish.
Esta nueva amenaza del mal de Panamá es de particular importancia ya que las bananas Cavendish representan alrededor del 40 % de la producción mundial y más del 90 % de todas las exportaciones. Todos los esfuerzos para controlar la enfermedad en los bananos Cavendish han fracasado hasta ahora.
En este nuevo estudio, publicado en la revista PLOS Pathogens , los científicos de la Universidad de Exeter brindan la esperanza de que la enfermedad de Panamá pueda controlarse mediante una clase particular de químicos antifúngicos (fungicidas).
Financiado por la iniciativa BBSRC Global Food Systems (GFS), un equipo de Exeter dirigido por el profesor Steinberg y la profesora Sarah Gurr utilizó un enfoque multidisciplinario para comprender mejor por qué había fallado el control químico del mal de Panamá.
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Al combinar la experiencia en biología celular y molecular, bioinformática y patología vegetal, el equipo reveló que todas las clases principales de fungicidas no funcionan contra este patógeno problemático y brindan información sobre la razón molecular detrás de esta «resistencia».
Guiado por este entendimiento, el equipo de investigación descubrió que una clase más especializada de productos químicos antifúngicos, que no se usaba anteriormente, suprime la enfermedad de Panamá y mantiene la salud de las plantas de banano en presencia del patógeno. Este descubrimiento abre nuevas vías para desarrollar estrategias de control eficientes y proporciona un importante paso adelante en la lucha para proteger este valioso cultivo.
El profesor Steinberg, que dirigió los aspectos moleculares y celulares del trabajo, dijo: “Las bananas son la fruta favorita de Gran Bretaña y la enfermedad de Panamá puede ‘borrarlas’ de los estantes de los supermercados. Además, millones de personas en los países productores viven de las bananas. Dar un paso importante para proteger las bananas del mal de Panamá me enorgullece».
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