
Las acciones de Amazon (NASDAQ: AMZN) experimentaron un alza este lunes, desafiando la lógica del mercado tras una masiva interrupción de Amazon Web Services (AWS) que duró aproximadamente 15 horas.
Esta caída paralizó a millones de usuarios y empresas a nivel global, afectando servicios críticos en Colombia como Bancolombia, Nequi, Davivienda y DaviPlata. La dependencia del mundo moderno de los proveedores de nube quedó expuesta, pero Wall Street pareció restar importancia al incidente que dejó fuera de línea a gigantes como Snapchat, Reddit, Zoom y Uber.

El origen del colapso: Una actualización de servidor
La filial en la nube de Amazon, AWS, que aloja una porción significativa de la infraestructura digital global, sufrió la interrupción masiva debido a lo que se describió como una «pequeña actualización del servidor».
Este fallo técnico impidió que las aplicaciones localizaran direcciones para una base de datos central en la Costa Este de Estados Unidos, conocida como DynamoDB. Aunque el problema se originó localmente, su efecto se propagó rápidamente, generando un efecto dominó que tumbó numerosos servicios en todo el planeta. El impacto fue inmediato y severo, demostrando la centralización del internet moderno en pocas manos.
El resultado fue un caos digital. Aplicaciones de uso diario como Snapchat (SNAP), la plataforma de foros Reddit (RDDT) y el software de videollamadas Zoom (ZM) reportaron interrupciones generalizadas. Las plataformas de movilidad, cruciales para la economía gig, como Uber (UBER) y Lyft (LYFT), también sufrieron fallos, impidiendo a los usuarios solicitar viajes.
El sector financiero fue uno de los más golpeados; aplicaciones de trading como Robinhood (HOOD) y la plataforma de criptomonedas Coinbase (COIN) quedaron inaccesibles, al igual que la popular billetera digital Venmo (PYPL). Tareas cotidianas, desde cambiar tiquetes de avión hasta ver contenido en streaming, se convirtieron en un desafío logístico.
En Colombia, la situación no fue diferente y golpeó directamente el bolsillo y la operatividad de los ciudadanos.
Los principales bancos del país, que dependen en gran medida de la infraestructura de AWS para sus operaciones digitales, presentaron fallas. Bancolombia y su billetera digital Nequi, así como Davivienda y DaviPlata, reportaron intermitencias y caídas. A estos se sumaron algunos bancos pertenecientes al Grupo Aval y diversas empresas de comercio electrónico que vieron sus operaciones detenidas durante la contingencia. Este evento subraya la vulnerabilidad de la infraestructura bancaria y comercial colombiana ante fallos de un único proveedor tecnológico extranjero.
La sorprendente reacción de Wall Street: El caso opuesto a CrowdStrike

A pesar de la parálisis global y el impacto directo en millones de consumidores y empresas, las acciones de Amazon (NASDAQ: AMZN) no solo evitaron el desplome, sino que cerraron la sesión del lunes con ganancias. Los operadores e inversores parecieron minimizar la gravedad del evento.
Esta reacción contrasta fuertemente con el pánico que se vivió en julio de 2024 con la firma de ciberseguridad CrowdStrike (CRWD). Tras una actualización de seguridad defectuosa que provocó la «pantalla azul de la muerte» a nivel global, las acciones de CrowdStrike se desplomaron hasta un 20%.
El desastre de CrowdStrike fue de naturaleza distinta y tocó el núcleo de su negocio. La compañía, que se especializa en proteger la infraestructura de TI, falló precisamente en su promesa central de seguridad. La actualización defectuosa no fue un simple error técnico de servicio, sino una falla catastrófica en su producto principal. Esto generó dudas inmediatas sobre la fiabilidad de sus protocolos de seguridad.
A CrowdStrike le tomó varios meses recuperar la confianza del mercado y el precio de sus acciones, ya que la debacle impulsó a muchas empresas a buscar alternativas en el competitivo mercado de protección de endpoints. No hubo un antídoto inmediato para restaurar la confianza perdida.
¿Es Amazon «demasiado grande para quebrar»?
El análisis de la divergencia entre ambos casos sugiere varios factores. Es posible que el mercado y los consumidores se estén acostumbrando a interrupciones técnicas temporales en un mundo hiperconectado, aceptándolas como un costo ocasional de la conveniencia digital, siempre y cuando se resuelvan con relativa rapidez.
Sin embargo, la diferencia fundamental radica en el tipo de interrupción y el posicionamiento de la empresa. Amazon Web Services (AWS) es una potencia de tal magnitud en el sector de la computación en la nube que ha alcanzado un estatus no oficial de «demasiado grande para quebrar» (too big to fail).
Los fallos técnicos, aunque disruptivos, ocurren ocasionalmente en el complejo mundo del cloud computing. Los inversores parecen entender que AWS es la infraestructura subyacente de gran parte de internet, y migrar de AWS es una tarea titánica y costosa para la mayoría de sus clientes (incluidos Bancolombia o Nequi).
En el caso de CrowdStrike, el fallo afectó directamente la confianza en su producto de seguridad. En el caso de Amazon, fue un fallo de operatividad en una base de datos (DynamoDB), no un hackeo o una brecha de seguridad que comprometiera los datos de los clientes. La seguridad no fue la preocupación primordial en este incidente de AWS. Por ahora, Wall Street sigue tratando a Amazon como un pilar inamovible de la economía digital, capaz de soportar una parálisis de 15 horas sin que su valor fundamental se vea afectado.
Redacción Internacional Pluralidad Z.
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