Banco Popular de China inyecta $800.000 millones de yuanes ante crisis económica

Mujer contando billetes de 100 yuanes
Mujer contando billetes de 100 yuanes.

China ha ampliado el apoyo a su economía inyectando la mayor cantidad de préstamos de política a mediano plazo de su historia, reconociendo la fragilidad de la recuperación del crecimiento del país en medio de una crisis inmobiliaria y una demanda moderada.

El Banco Popular de China proporcionó a los prestamistas comerciales 800.000 millones de yuanes netos (112.000 millones de dólares) en préstamos a un año, manteniendo al mismo tiempo la tasa de interés de la financiación.

Esta inyección superó las expectativas de los analistas, siendo más del doble del monto previsto según una encuesta de Bloomberg, y también superó la infusión del mes anterior.

China inyecta yuanes a la economía

Los desafíos económicos de China persisten este año, ya que la recuperación de las estrictas políticas de Covid Zero resultó más débil de lo previsto y la crisis inmobiliaria se ha intensificado.

El viernes, la nación informó datos mixtos: la producción industrial superó las expectativas, mientras que las ventas minoristas no alcanzaron las estimaciones en noviembre.

La segunda economía más grande del mundo todavía lucha contra los reveses de la pandemia, entre otros shocks, afectada por la debilidad del sector inmobiliario y de la demanda global de las exportaciones de China, los altos niveles de deuda y la vacilante confianza de los consumidores.

El aumento del 10,1% en las ventas minoristas en noviembre respecto al año anterior, frente a un aumento del 7,6% en octubre, mostró un rayo de esperanza dado que el lento gasto de los consumidores ha sido un factor clave que ha impedido una recuperación más sólida.

La economía de China ha experimentado un crecimiento interanual en los últimos años, con un crecimiento que oscila entre el 2,2% en 2020 y el 8,4% en 2021 y el 3% el año pasado.

Los estrictos límites a los viajes y otras actividades durante la pandemia afectaron a la manufactura y el transporte. La pérdida de empleos debido a esas interrupciones y a las medidas enérgicas contra el sector tecnológico, combinadas con una desaceleración en la industria inmobiliaria, han llevado a muchos chinos a ajustar sus finanzas.

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