Asintomáticos: Los portadores silenciosos del COVID-19

El covid- 19, la enfermedad que tiene a casi todo el mundo confinado en sus hogares y la que ha desestabilizado la economía mundial, registra hasta el 13 de Julio de 2020 más de medio millón de muertos y 12,9 M de casos confirmados alrededor del mundo, eso sin incluir los individuos asintomáticos, quienes, según distintas estimaciones, parecen representar aproximadamente del 40% al 45% de las infecciones por SARS-CoV-2, y pueden transmitir el virus a otras personas durante un período prolongado, quizás más de 14 días, en promedio se estiman una duración media de la eliminación del virus de 19 días, según artículos publicados por la revistas Acp y Nature.

A inicios de febrero de 2020, la OMS reportó el primer portador asintomático infectado con SARS-CoV-2 pero que no desarrolló síntoma alguno de COVID-19, y desde entonces las investigaciones no solo se centran en los pacientes que presentan los síntomas más habituales (tos seca, fiebre y cansancio), sino en este gran grupo de individuos, que sin saberlo, pueden propagar la enfermedad. Por ello, las organizaciones de la salud a nivel mundial, han sugerido el uso de tapabocas en todas las personas.

Portadores asintomáticos

Un portador asintomático es un individuo que tiene COVID-19, pero no presenta síntomas de ello (efecto o malestar en el organismo). Aunque no desarrollan los síntomas, sí puede contribuir a la transmisión y convertirse en uno de los mayores focos de contagio para el resto de la población. La carga viral de tales personas ha sido igual a la de las personas sintomáticas, lo que sugiere un potencial similar de transmisión viral.

Es importante destacar que la ausencia de síntomas en personas infectadas con el virus SARS-CoV-2 no necesariamente implica una ausencia de daño. Para establecer las relaciones en torno al tema, aun se requiere más investigación que permita dilucidar los cambios pulmonares subclínicos visibles en las tomografías computarizadas en estos pacientes.

Desafortunadamente, las investigaciones a los portadores asintomáticos han sido truncadas por la incertidumbre en la primera etapa de infección, en la cual un gran porcentaje de los pacientes, no desarrollan síntomas, pero pueden transmitir la infección, a estos se les conoce como pacientes presintomáticos, y suelen confundirse con pacientes asintomáticos, es decir, aquellos que no llegan a desarrollar la enfermedad en ninguna etapa durante la infección. La solución apta a este problema es la prueba longitudinal, es decir, observaciones repetidas del individuo a lo largo del tiempo. Sin embargo, esta tarea puede conllevar a pérdidas de tiempo y recursos.

A pesar de lo anterior, algunos investigadores han encontrado hallazgos significativos a través de tomografía computarizada que indican que personas asintomáticas podrían tener anormalidades subclínicas significativas en sus pulmones. Esta apreciación es potencialmente relevante en el curso de las investigaciones, puesto que aumenta la probabilidad de que la infección causada por el virus SARS-CoV-2 genere déficits sutiles en la función pulmonar que podrían no ser evidentes de inmediato. Sin embargo, son solo resultados preliminares y confusos, que requieren de mayor investigación.

Otras investigaciones basadas en estimaciones estadísticas por estudios realizados a un grupo de individuos, sugieren que los pacientes asintomáticos suelen ser personas jóvenes, y en una mayor proporción, mujeres, pero a ciencia cierta no existen pruebas que soporten esta afirmación.

La respuesta inmune en personas asintomáticas

Algunas investigaciones sugieren que las personas que no desarrollan síntomas de covid-19 pueden tener una respuesta inmune más débil al virus, según la revista «Nature Medicine». En este estudio, los niveles de IgG, anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2 que son activados como respuesta inmune durante las diferentes fases de la infección, en el grupo asintomático fueron significativamente más bajos en relación con el grupo sintomático en la fase aguda y de convalecencia temprana (8 semanas después de que fueron dados de alta del hospital).

Así mismo, los portadores asintomáticos exhibieron niveles más bajos de 18 citocinas pro y antiinflamatorias, macromoléculas activadas por especies reactivas de oxígeno, indicando una respuesta inflamatoria reducida, lo que demuestra que los pacientes asintomáticos pueden haber tenido una respuesta inmune más débil a la infección por SARS-CoV-2.

La presencia de anticuerpos, como bien es sabido, puede representar una ‘inmunidad de escudo’, sin embargo, aún no se ha establecido de forma concreta el periodo de tiempo. Algunas investigaciones sugieren que los niveles de la inmunoglobulina G (IgG) y los anticuerpos neutralizantes en varios pacientes que se recuperaron de la infección por SARS-CoV-2 comienzan a disminuir dentro de los 2-3 meses posteriores a la infección.

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A pesar de que las investigaciones aun son poco precisas, principalmente por la pequeña cantidad de individuos estudiados, cada una de ellas aporta sustancialmente información clave para entender a pequeños pasos el complejo comportamiento de este virus desconocido. Mientras los investigadores logran dilucidar soluciones a esta pandemia, es necesario continuar aplicando las recomendaciones sugeridas por las organizaciones de la salud para evitar que esto se convierta en un problema de salud publica aun mas desastroso.

Fuente: Prevalence of Asymptomatic SARS-CoV-2 Infection