
La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) ordenó en la mañana de este martes, 21 de octubre, el cierre inmediato y total de los emblemáticos establecimientos Andrés Carne de Res, ubicado en Chía (Cundinamarca), y Andrés D.C., en el norte de Bogotá.
La drástica decisión se fundamenta en la detección de graves incumplimientos en materia de seguridad eléctrica y de gas combustible, los cuales, según la entidad, representan un peligro directo para la integridad de los consumidores y trabajadores.

Graves riesgos en Andrés Carne de Res
La SIC fue enfática al señalar que las deficiencias halladas «representan riesgos inminentes para la vida, la salud y la seguridad de los consumidores, trabajadores y visitantes». Como resultado de estos hallazgos, se impusieron medidas preventivas de efecto inmediato y se dio apertura a cuatro investigaciones administrativas formales contra la sociedad Inmaculada Guadalupe y Amigos S.A.S., la razón social propietaria de ambos locales gastronómicos.
La orden de la Superintendencia es tajante, la sociedad propietaria debe «suspender de inmediato la prestación de servicios y actividades económicas incluyendo las de restaurante, bar, bailadero, actividades artísticas, preparación y venta de alimentos y bebidas, y cualquier otro espectáculo o evento, mediante el cierre total de los establecimientos de Chía y Bogotá».
En la práctica, esto significa un cese completo de operaciones hasta que las fallas sean corregidas y verificadas.
El origen de la sanción: Inspecciones de septiembre
Las acciones de la SIC se derivan de visitas administrativas de inspección realizadas por sus equipos técnicos los pasados días 10 y 11 de septiembre. Los funcionarios acudieron a las dos sedes principales de la marca: la histórica ubicación en la Calle 3 No. 11A – 56, en el municipio de Chía, y el concurrido edificio de la Calle 82 No. 12-15/21, que ocupa los locales 201 a 205, 301 a 305, 405 a 407 y la terraza, en plena Zona T de Bogotá D.C.
Estas inspecciones no fueron aleatorias. Se desarrollaron en cumplimiento estricto de las funciones de vigilancia y control que le competen a la entidad sobre el Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas (RETIE) y el Reglamento Técnico de Instalaciones Internas de Gas Combustible.

Ambas normativas son críticas y están diseñadas para prevenir accidentes graves en establecimientos de alta afluencia de público, como lo son Andrés Carne de Res y Andrés D.C.
El informe técnico que sustenta el cierre es alarmante. Los profesionales de la SIC encontraron una serie de «deficiencias críticas en las instalaciones eléctricas y de gas combustible» que evidencian un potencial descuido en el mantenimiento y la adecuación a la norma vigente.
Entre los hallazgos más preocupantes se mencionan «conductores eléctricos expuestos a daños físicos», lo que incrementa la posibilidad de cortocircuitos o electrocuciones.
Asimismo, se reportaron «deficiencias en tableros de distribución» y, de manera crítica, la «ausencia de sistemas de protección contra sobrecargas», un elemento básico de seguridad eléctrica.
El panorama de las instalaciones de gas combustible no fue mejor. La inspección constató la «falta de ventilación adecuada en zonas con presencia de gas combustible», una condición peligrosa que facilita la acumulación de gases y aumenta el riesgo de explosión.
Adicionalmente, se encontraron «uniones sin protección anticorrosiva» y la «ausencia de dispositivos de seguridad exigidos por los reglamentos técnicos».
La Superintendencia concluyó que esta combinación de factores «constituye un alto riesgo de incendio, explosión o intoxicación». La decisión de emitir una orden inmediata de suspensión de actividades se tomó para proteger la integridad física de cualquier persona que ingrese a los locales.

Un golpe a un ícono de la cultura y la gastronomía
El cierre de Andrés Carne de Res y Andrés D.C. representa un impacto significativo para el sector gastronómico y de entretenimiento del país. Estos establecimientos se han consolidado por décadas como íconos de la cultura, la fiesta y la comida colombiana, siendo un punto de referencia obligado tanto para los residentes locales como para los miles de turistas extranjeros que visitan Bogotá y sus alrededores.
La sede de Chía es famosa por su concepto extravagante, su decoración abigarrada y su enorme capacidad, mientras que Andrés D.C. se posicionó como el epicentro de la rumba y los negocios en la capital. La suspensión de actividades, especialmente de cara a la temporada alta de fin de año, representa un golpe económico considerable para la sociedad Inmaculada Guadalupe y Amigos S.A.S., afectando a cientos de empleados directos e indirectos.
Más allá del cierre preventivo, la Superintendencia de Industria y Comercio confirmó el inicio de cuatro investigaciones administrativas contra la empresa propietaria.
Esto indica que la sociedad no solo deberá corregir la totalidad de las fallas para poder solicitar la reapertura, sino que también podría enfrentarse a sanciones económicas y otras medidas punitivas derivadas de los incumplimientos al Estatuto del Consumidor y los reglamentos técnicos.
Para que Andrés Carne de Res y Andrés D.C. puedan volver a abrir sus puertas, la empresa deberá demostrar ante la SIC que ha subsanado cada una de las deficiencias detectadas y que sus instalaciones eléctricas y de gas cumplen a cabalidad con el RETIE y la normativa vigente, garantizando la seguridad de sus visitantes.
Redacción Economía Pluralidad Z.
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