
La situación del delantero Dayro Moreno en el Once Caldas de Manizales se ha convertido en el centro de una creciente controversia que genera incertidumbre entre la afición del ‘Blanco Blanco’. La ausencia del goleador histórico del fútbol colombiano en las últimas convocatorias ha escalado de ser una preocupación deportiva a un tema de especulación sobre la relación interna del equipo, involucrando directamente al técnico Hernán Darío «El Arriero» Herrera.
La polémica se intensificó tras un reciente incidente en un viaje del equipo y las contradictorias versiones sobre los motivos reales de su no participación.

¿Ruptura interna o decisión técnica?
La confusión sobre el estado de Dayro Moreno con el Once Caldas se agudiza. Inicialmente, el propio jugador había abordado su ausencia en partidos anteriores, como el enfrentamiento contra Chicó. En un video difundido en sus redes sociales, Dayro explicó que la eliminación del equipo de la Copa Sudamericana le afectó «muy duro psicológicamente».
Esta justificación, sin embargo, parece haber quedado corta ante los nuevos acontecimientos que sugieren un escenario más complejo, posiblemente relacionado con roces directos con el entrenador, «El Arriero» Herrera.
El incidente en el aeropuerto
Las alarmas se encendieron este fin de semana. Según los informes, Dayro Moreno viajó con el resto de la plantilla en bus desde Manizales hasta Pereira, con la expectativa de ser convocado para el siguiente partido. Sin embargo, algo sucedió en el aeropuerto.
Se reporta que tuvo lugar una «conversación» clave en la terminal aérea, presuntamente entre el jugador y «El Arriero». El resultado de ese diálogo fue drástico, Dayro Moreno se devolvió para Manizales. Mientras tanto, el resto del Once Caldas continuó su itinerario, viajando a Bogotá para luego tomar rumbo a Villavicencio.
Este episodio alimenta las versiones que apuntan a un «corto circuito» interno. Se especula fuertemente que algo «viene pasando en el tema disciplinario» dentro de las concentraciones del equipo.

La versión oficial de «El Arriero»
A pesar de los rumores sobre indisciplina, cuando se consulta a fuentes oficiales del Once Caldas o al propio «Arriero» Herrera, la respuesta es uniforme, la ausencia de Dayro es una decisión técnica.
En declaraciones recientes, el técnico del Once Caldas intentó desviar la atención de la ausencia del goleador, enfocándose en el rendimiento general del equipo. Herrera defendió la capacidad ofensiva de su plantilla, mencionando partidos anteriores contra Nacional y Medellín donde, según él, el equipo atacó mucho, pero no logró concretar.
Sobre la derrota ante Llaneros, «El Arriero» fue enfático en deslindar el resultado de la ausencia de su estrella: «No es porque no esté Dayro». El estratega insistió en que Dayro «ha estado en los otros partidos también» y que el problema recurrente del equipo es la falta de definición. «A veces nos ha faltado es esa definición, ¿no? Esa concretar las opciones de gol», señaló el técnico.
¿Se minimiza la importancia del goleador?
El análisis de las palabras de «El Arriero» sugiere un intento deliberado por «bajarle los humos» a la situación de Dayro Moreno. Al no atribuirle la derrota a su ausencia, el técnico parece querer restarle importancia.
No obstante, esta postura contrasta con la realidad estadística del equipo. En ese partido contra Llaneros, el Once Caldas apenas generó peligro, rematando solamente dos veces al arco. Esto indica que el equipo no solo falló en la definición, sino que tampoco generó «mucho» volumen de juego ofensivo. Para muchos analistas, la ausencia de Dayro Moreno sí se nota en el campo.
Del brindis a la banca
La pregunta que surge es si el Once Caldas le ha dado una «exagerada relevancia» a Dayro Moreno. La respuesta parece ser negativa. No se trata de un jugador cualquiera; es el goleador histórico del fútbol y este mismo año ha marcado «cualquier cantidad de goles».
Es innegable que no se puede «prescindir de tu figura, de tu goleador» de la noche a la mañana, como parece estar ocurriendo. Aunque el delantero atraviese una racha de cinco partidos sin convertir, esto se considera normal dentro de las «rachas positivas» y «rachas negativas» que vive cualquier goleador.
Lo que más sorprende es el cambio drástico en la relación. En los «momentos gloriosos», todo era celebración. Se recuerda cómo el equipo, y específicamente «El Arriero» Herrera, celebraban los goles «brindando con él», en alusión a festejos que simulaban tomar aguardiente. Era «amor de aquí, amor para allá».
Ahora, con la llegada de la «adversidad» y los malos resultados, nadie en el club sale a explicar claramente qué ocurre. Hay un «corto circuito» evidente, y la decisión técnica o disciplinaria del mismo entrenador que antes lo celebraba efusivamente, genera más dudas que certezas.
Redacción Deportes Pluralidad Z.
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