
El fútbol profesional colombiano se encuentra en la antesala de una de sus transformaciones más significativas de los últimos tiempos. La propuesta de crear una tercera división, la Categoría C, ha cobrado fuerza y, según declaraciones del dirigente Álvaro González Alzate, podría ser una realidad en un plazo máximo de dos años.
Esta iniciativa busca reorganizar la estructura de los torneos, aumentar la competitividad y federalizar el deporte en el país.

La idea, que ya resuena en los pasillos de la dirigencia, pretende poner fin a lo que González Alzate describió como una «gran comodidad de equipos en la B«. El objetivo es claro: dinamizar todas las divisiones con un sistema que obligue a los clubes a luchar permanentemente por sus objetivos, ya sea ascender o evitar el descenso.
Un sistema de mérito para la selección de equipos
Uno de los puntos clave de esta propuesta es que la elección de los clubes fundadores de la nueva Categoría C no será arbitraria.
González Alzate fue enfático en que no se pueden «elegir equipos de la C a dedo», para evitar errores del pasado. La propuesta consiste en establecer un sistema de mérito basado en el rendimiento deportivo reciente.
Actualmente, existen cerca de 500 equipos inscritos en torneos aficionados de esta categoría a nivel nacional. La idea es crear un ranking que pondere los resultados de los últimos años para identificar a los 16 mejores equipos.
Estos clubes serían los que obtendrían el derecho a una ficha para participar en la nueva división profesional, profesionalizando así una categoría que hasta ahora se ha manejado en el ámbito aficionado. Este mecanismo busca garantizar que los participantes lleguen por derecho propio y no por influencias externas.
Ascensos y descensos simples para una mayor competitividad
El nuevo formato no solo impactaría a la tercera división, sino que busca ser un revulsivo para todo el sistema de competición. La propuesta contempla un mecanismo de ascensos y descensos «simples».
Esto significa que el último equipo de una categoría descenderá directamente, mientras que el campeón de la división inferior ascenderá, eliminando los complejos sistemas de promedios.
Esta medida está pensada para que «todo el mundo se pellizque», incentivando la competencia y evitando que los clubes se estanquen. La creación de la C, con este formato, generaría una presión constante desde abajo, obligando a los equipos de la B a mejorar su nivel para no perder su lugar.
Esta visión es compartida por otros dirigentes, como el presidente de la Dimayor, quien también ha impulsado cambios como la reducción de equipos en primera y la modificación del descenso.
El objetivo: un fútbol que represente a todo el país
Más allá de lo competitivo, el proyecto tiene un fin social y de desarrollo. Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), señaló que uno de los objetivos es que estos nuevos equipos profesionales representen a una región específica.
Se busca que el fútbol se expanda por todo el territorio nacional, llevando el espectáculo a municipios como Soacha, Girardot o Melgar, en lugar de concentrar más clubes en capitales que ya cuentan con varios representantes.
Para que esto funcione, es fundamental que los equipos aspirantes demuestren tener un músculo financiero y una estructura sólida que les permita ser sostenibles y competitivos a largo plazo, con la meta de poder algún día llegar a la máxima categoría del fútbol colombiano. Aunque por ahora son ideas sobre la mesa, la dirigencia parece tener conciencia del problema y un norte claro para la reestructuración.
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