
Detrás de millones de transacciones diarias que impulsan la economía, se encuentra una infraestructura robusta y confiable. Durante los últimos 25 años, ACH Colombia ha sido uno de los arquitectos clave de este andamiaje, evolucionando desde las transferencias tradicionales hasta convertirse en un protagonista de la revolución de los pagos inmediatos que hoy lidera el Banco de la República con el sistema Bre-B.
Para entender el alcance de su operación y su visión de futuro en este punto de inflexión para el país, Pluralidad Z conversó en exclusiva con Luis Alberto Fernández, vicepresidente de Tecnología y Operaciones de ACH Colombia. Sus análisis revelan no solo cifras de impacto, sino la estrategia de una compañía que es a la vez legado y vanguardia en el panorama financiero nacional.

ACH, 25 años construyendo confianza
ACH Colombia comenzó su trayectoria con las transferencias tradicionales, un servicio que, aunque hoy parece básico, fue fundamental para construir un pilar esencial: la confianza.
Esta confianza del sistema financiero y de los usuarios fue el capital sobre el cual la compañía pudo edificar sus soluciones más innovadoras. Fernández subraya esta trayectoria al definirlos como una «figura relevante en el país, en el mundo de los pagos y las transferencias».
Esta larga experiencia les ha permitido no solo ser testigos, sino agentes activos de la transformación digital. Han comprendido las necesidades cambiantes de los comercios y los consumidores, adaptando su tecnología para responder a ellas.
Este profundo conocimiento del mercado es lo que hoy les permite posicionarse no como un simple integrante del nuevo ecosistema Bre-B, sino como uno de sus jugadores más determinantes, aportando la madurez y la fiabilidad que un proyecto de esta magnitud requiere.
PSE: el motor indiscutible del comercio electrónico colombiano
Si un producto de ACH se ha grabado en la mente de los colombianos, es el botón de Pagos Seguros en Línea (PSE). Al cumplir 20 años, PSE es mucho más que un método de pago; es, como lo define Fernández, «el motor del comercio electrónico» del país.
Esta afirmación se ve respaldada por un volumen que habla por sí solo: más de 70 millones de transacciones cada mes. Esta cifra representa un flujo constante de actividad económica, habilitando desde pequeños emprendimientos hasta grandes cadenas para que puedan vender sus productos y servicios en el mundo digital.
«Los comercios, las empresas, se han beneficiado porque nosotros hemos sido el motor», explica Fernández.
El beneficio es claro, PSE eliminó barreras, permitiendo a cualquier negocio recibir pagos directamente desde las cuentas bancarias de sus clientes, una alternativa crucial que democratizó el acceso al e-commerce más allá de las tarjetas de crédito. Para el ciudadano común, PSE se convirtió en la herramienta por defecto para pagar servicios, impuestos, matrículas y realizar compras.
Su longevidad y su abrumadora popularidad demuestran una perfecta simbiosis con las necesidades del mercado colombiano, consolidándose como una infraestructura crítica para la economía digital.

Transfiya, la semilla de la inmediatez que florece en Bre-B
Mientras PSE consolidaba el comercio electrónico, ACH ya exploraba la siguiente frontera, la inmediatez. Con Transfiya, la compañía se convirtió en pionera de las transferencias instantáneas en Colombia, cambiando radicalmente las expectativas de los usuarios. La idea de enviar dinero a otra persona y que esta lo recibiera en segundos, sin importar el día o la hora, pasó de ser una novedad a una necesidad.
El éxito de esta apuesta fue rotundo, construyendo una red que hoy procesa más de 45 millones de transacciones mensuales.
Este ecosistema de inmediatez, que ACH construyó y popularizó, es hoy su principal activo dentro del proyecto Bre-B. Fernández lo detalla con orgullo: «Hoy nosotros como Transfiya estamos aportando al sistema inmediato del país más de 45 millones de transacciones mensuales, y esa es nuestra cuota para esta gran iniciativa país».
En otras palabras, ACH no llega a Bre-B para empezar de cero; llega con una autopista de transacciones ya en funcionamiento, lo que le otorga al nuevo sistema una escala y un volumen masivos desde su primer día. Transfiya fue la prueba de concepto que demostró que Colombia estaba preparada para un sistema de pagos inmediatos, interoperable y universal.
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¿Qué es Bre-B? La interoperabilidad orquestada por el Banco de la República
Para el ciudadano de a pie, Bre-B significará simplicidad. Es el sistema que finalmente permitirá que el dinero fluya de manera instantánea entre diferentes bancos, billeteras digitales y Fintech sin fricciones.
Luis Alberto Fernández lo describe como la «magia» que conectará a todos los actores, a los que técnicamente se les denomina «nodos». En este esquema, «el Banco de la República se convierte en el interoperador», es decir, el director de orquesta que asegura que todos los sistemas hablen el mismo idioma.
La participación del banco central es una garantía de neutralidad, seguridad y gobernanza, elementos cruciales para la estabilidad del sistema financiero. Para el usuario final, esto se traduce en transparencia y facilidad.
Se acabarán las dudas sobre si se puede transferir de una entidad a otra de forma inmediata. ACH, con su enorme volumen transaccional proveniente de Transfiya, se integra como un «jugador superrelevante», asegurando que la cobertura y capacidad del sistema sean robustas desde su implementación.

El universo corporativo: la próxima frontera para los pagos inmediatos
A pesar del gran avance de Bre-B, su alcance inicial está enfocado en las transacciones entre personas (P2P) y de personas a comercios (P2B). El complejo mundo de los pagos entre empresas (B2B) y otros flujos corporativos aún no está incluido.
Fernández aclara que esto se debe a diferencias fundamentales en la operación. «El mundo empresarial se mueve un poco diferente», señala, explicando que las transacciones corporativas están fuertemente ligadas a números de cuenta específicos y procesos de autorización, en lugar de «modelos de llaves» como el número de celular, que son populares en los pagos persona a persona.
Esta etapa es una fase natural en la evolución de estos sistemas. Según Fernández, la experiencia internacional muestra que el sector empresarial suele ser el último en integrarse a los ecosistemas de pagos inmediatos debido a su mayor complejidad.
Por lo tanto, mientras Bre-B transforma los pagos minoristas, los servicios tradicionales de ACH seguirán siendo fundamentales para el movimiento de dinero de alto valor y las operaciones corporativas del país.
El futuro es la data: la visión estratégica con ACH Data
Mirando hacia adelante, ACH se ve a sí misma no solo como una procesadora de transacciones, sino como una empresa de tecnología. Su proyecto ACH Data es una clara señal de esta visión.
El objetivo es fortalecer su capacidad para ofrecer «modelos analíticos, modelos de scoring que puedan seguir complementando las ofertas del mercado». Esto implica usar la información de manera inteligente para crear valor adicional, como herramientas de análisis de riesgo para empresas o mejores condiciones de crédito para personas.
Esta estrategia asegura que ACH se mantenga a la vanguardia, anticipando un futuro donde los datos serán tan importantes como el dinero mismo.
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