El ‘chicharrón’ de Rappi con el nuevo sindicato

Muchos colombianos y venezolanos han recurrido a Rappi para sobrevivir.
Muchos colombianos y venezolanos han recurrido a Rappi para sobrevivir.

Los rappitenderos decidieron sindicalizarse para exigir un mejor trato laboral a la multinacional colombiana Rappi. En los últimos días se han conocido denuncias de las precarias condiciones en las que trabajan. El inicio de Rappi comenzó en el Parque de la 93 en Bogotá.

En la actualidad existen 50.000 rappitenderos, los cuales no tienen condiciones básicas de vida para trabajar: no tienen servicio de salud, mueren atropellados y nadie responde, los roban y deben comprar sus implementos de trabajo, no tienen días de descanso, entre otros.

Rappi
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Rappi tiene sindicato

A esto se le suma que los rapitenderos deben sacar de su bolsillo para la moto, la bicicleta, el mantenimiento de los vehículos que utilizan, el celular y el plan de datos para poder usar la aplicación.

Pero ¿Quiénes son los rappitenderos? Un estudio de la Universidad del Rosario reveló que la mitad son venezolanos, el nivel máximo de estudio de más de la mitad era el bachillerato, la mayoría viven en estrato dos, casi el 60% son cabeza de familia y tienen hijos. En otras palabras, son personas que pertenecen a una población vulnerable, que cuentan como subsistir con Rappi.

Lo curioso es que los rappitenderos sí tienen jefe, pero este viene en forma de algoritmo, el cual revisa cuánto tiempo se demora llevando el domicilio, cuántos pedidos hizo y las calificaciones. Teniendo en cuenta toda esta información, el algoritmo le da más o menos pedidos para hacer.

Los rappitenderos no son tan libres de aceptar y rechazar pedidos como suele pensarse, porque la misma aplicación los vigila. Si rechazan pedidos los sancionan mandándoles menos órdenes, por lo tanto, la única opción que tienen es aceptar cuánto pedido les asignen, para estar mejor calificados.

https://twitter.com/Ambitocom/status/1572746464870400000

El sindicato ha denunciado en reiteradas ocasiones que a veces reciben menos de un dólar por trayectos de varios kilómetros. A su vez, no existe ningún tipo de contrato entre los repartidores y la compañía, a pesar de que esta última está valorada en $5.250 millones de dólares.

Rappi, que es considerado el líder del mercado de reparto a domicilio en Colombia, cuenta con una gran ventaja: la llegada de dos millones de migrantes venezolanos a Colombia, lo cual se traduce en mano de obra abundante y barata.

Malas prácticas de Rappi son evidentes contra Rappitenderos
Malas prácticas de Rappi son evidentes contra Rappitenderos.

Por otra parte, el sindicato tiene como objetivo buscar mejores pagos e interceder cuando son vetados en la aplicación, una sanción habitual cuando no aceptan ciertos pedidos.

Rappi intentó defenderse a través de un comunicado, donde resaltan los supuestos beneficios que disfrutan los repartidores: “independientes… Pueden generar el doble de ganancias por hora… Ganan más de lo que gana el 70% de la población colombiana por hora”.

El congresista liberal Mauricio Gómez Amín prepara un proyecto de Ley que pretende: “regular, no solo a Rappi, sino a todas las plataformas digitales para que no abusen de sus empleados. Los repartidores no tienen derechos laborales y Rappi no les reconoce sus derechos… No cotizan pensión, no les pagan sus riesgos laborales”.

Es posible que las ganancias corporativas bajen significativamente si Rappi comienza a gastar socialmente en sus rappitenderos.

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