El mal aliento, también conocido como halitosis, puede generar ansiedad y afectar negativamente las interacciones sociales. Aunque muchas personas recurren al enjuague bucal como solución rápida, un odontólogo ha advertido que su uso incorrecto podría estar empeorando el problema.
El Dr. Andrej Bozic, cirujano oral de Dentum, señala que el uso excesivo de enjuagues bucales, especialmente aquellos que contienen alcohol, puede eliminar las bacterias protectoras naturales de la boca. Esta práctica crea un caldo de cultivo para bacterias nocivas, agravando el mal aliento a largo plazo.
Uso excesivo de enjuague bucal podría empeorar el mal aliento
«La gente cree que un enjuague bucal rápido es la solución definitiva para el mal aliento«, explica el Dr. Bozic.
Sin embargo, aclara que los enjuagues con alcohol resecan la boca, eliminando la saliva que actúa como limpiador natural. Sin suficiente saliva, las bacterias responsables del mal olor proliferan.
La saliva ayuda a eliminar restos de comida, neutralizar ácidos y controlar las bacterias. Su ausencia facilita que el mal aliento persista o incluso empeore.
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El error de usar enjuague bucal justo después del cepillado
Otro error común es utilizar enjuague bucal inmediatamente después del cepillado dental. Según el Dr. Bozic, esta acción elimina el flúor de la pasta dental, anulando uno de los pasos más importantes de la higiene bucal.
Para evitar este problema, recomienda esperar al menos 30 minutos tras el cepillado antes de usar enjuague bucal o emplearlo en otro momento del día.
Soluciones recomendadas por el Dr. Andrej Bozic para combatir el mal aliento
El Dr. Bozic advierte que recurrir diariamente al enjuague bucal para ocultar el mal aliento podría ser solo un paliativo temporal.
A menudo, el mal aliento persistente es síntoma de problemas más serios como enfermedad de las encías, caries, problemas de amígdalas o afecciones digestivas.
Asimismo, destaca la importancia de la higiene lingual. La lengua saburral, es decir, la acumulación de bacterias en la lengua, es una fuente significativa de mal olor. Cepillarse la lengua o utilizar un raspador lingual diariamente puede marcar una gran diferencia.
Finalmente, aunque el enjuague bucal no es inherentemente malo, su uso debe ser moderado. «Usados correctamente y con moderación, algunos enjuagues bucales pueden ser útiles», concluye el Dr. Bozic. Pero advierte: «El mal aliento es un síntoma, no el problema».
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