Rodolfo Hernández, quien es famoso por su discurso anticorrupción tiene a cuestas un escándalo de corrupción: el caso Vitalogic, por el cual la Fiscalía lo llevará a juicio. A lo largo de la investigación ha insistido en su inocencia, pero recientemente ‘La Silla Vacia’ reveló que conoció unos documentos y audios inéditos de su expediente, que indican que sí tuvo una participación en el entramado de corrupción.
Durante su campaña para la alcaldía de Bucaramanga, una de las grandes promesas de Rodolfo Hernández fue solucionar el problema de las basuras, porque el botadero que existe se llenó hace años y tiene orden de clausura. Piden el cierre de Noticias RCN por generar odio entre los colombianos.
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Al ser elegido como alcalde decidió abrir una nueva licitación para contratar una nueva tecnología de tratamiento de residuos, pero en medio de varias controversias eso jamás se concretó. Sin embargo, Hernández no dejaba de insistir para que el negocio se diera, lo cual llamó la atención, pues más de uno se preguntaba si existía otro interés aparte de las basuras.
Por otra parte, la Fiscalía le abrió dos procesos penales, en uno de ellos es acusado de interés indebido en contratos para favorecerse a sí mismo y a otros. Además, es acusado de haber influido en otros para que cometieran delitos.
Respecto al caso Vitalogic habría que preguntarse ¿Qué pasó? En un primer momento, la alcaldía de Rodolfo Hernández hizo un proceso para contratar a un consultor que definiera cuáles debían ser las condiciones técnicas del contrato de las basuras. La encargada de hacer los contratos era la empresa de aseo Emab.
Al parecer existe un audio de una reunión de la junta directiva de la Emab, en la que Rodolfo reconoce que dio la orden de que contrataran de consultor a un ingeniero químico llamado Jorge Alarcón. Hay que aclarar que, si bien la Emab es una entidad que pertenece a la alcaldía de Bucaramanga, es descentralizada. Esto implica que el alcalde no puede escoger a dedo quién se lleva un contrato.
Para contratar al consultor era obligatorio hacer un proceso de selección, pero según le dijo a la Fiscalía el entonces gerente de la empresa de aseo, José Manuel Barrera, Rodolfo le pidió hacer ese proceso solo para cumplir con la formalidad.
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Según las pruebas de la Fiscalía el ingeniero Alarcón también metió mano en su propia contratación, pues propuso las hojas de vida de las otras personas que estaban compitiendo por el puesto y, logró que la empresa de aseo ajustará a su medida las condiciones de la invitación para presentar las propuestas y así poder ganar la consultoría.
Ante tal arreglo Alarcón se quedó con un contrato de $344 millones de pesos, pero esto no le sirvió de nada. Cuatro meses después de contratado publicó el pliego con las condiciones técnicas, jurídicas y financieras para los interesados en la licitación de las basuras, pero la empresa de aseo tuvo que bajar el pliego porque toda la parte jurídica y financiera estaban mal hechas.
Al ver dicha situación, el entonces alcalde decidió crear un comité permanente que revisara los avances del consultor Alarcón. Al final solo se presentaron dos proponentes: el primero no cumplió los requisitos, pero el segundo, la Unión Temporal Vitalogic mandó una propuesta que sí fue evaluada.
Recordemos que detrás de Vitalogic estaba el hijo de Rodolfo, quien se encargó de la coima de un millón y medio de dólares, de mandar la hoja de vida del consultor y de hacer el puente para que los socios de Vitalogic se reunieran con su padre en 2016.
Rodolfo se volvió a reunir con Vitalogic en junio de ese mismo año en un hotel de Bogotá. Según le dijo a la Fiscalía un amigo de su hijo que también iba a recibir plata de la coima, fue ahí cuando acordaron escoger a un consultor que diseñara la licitación. Sin muchas sorpresas el consultor terminó siendo Jorge Alarcón.
A pesar de todo este entramado, el equipo jurídico de la Emab terminó descalificando a Vitalogic porque no envió un determinado papel. Rodolfo no escuchó razones e insistió en que Vitalogic debía obtener el contrato, así fuera a dedo. En últimas todo esfuerzo fue en vano, pues la Emab concluyó que el proyecto económicamente no era viable para las finanzas de Bucaramanga.