Con la nueva y criticada portada de la Revista Semana sobre las revelaciones del celular de Juan Guillermo Monsalve y sus condiciones de vida en prisión, surge la discusión sobre los privilegios de los que gozan algunos mientras pagan por sus delitos. ¿Quién vive mejor: Monsalve o Andrés Felipe Arias?
Juan Guillermo Monsalve es el testigo estrella en el caso que se adelanta en la Fiscalía en contra de Álvaro Uribe Vélez por soborno en actuación penal y fraude procesal, que ahora se encuentra en espera de la resolución de la Juez 28 Penal del Circuito que definirá si el caso precluye, tal como lo solicitó la Fiscalía.
Sin embargo, varias investigaciones adelantadas por las autoridades en el marco del caso, han llevado a conocer más acerca de los negocios y las condiciones de vida de Monsalve, incluso, al interior de la cárcel La picota en Bogotá, donde se encuentra recluido.
Las comodidades de Monsalve
De acuerdo con las revelaciones exclusivas de los teléfonos de Monsalve, publicados por Semana, el hombre estaría en una celda bastante cómoda, donde goza de celebraciones, banquetes navideños, música, encuentros amorosos y abundancia de alcohol en licores finos.
Según se conoció, el hombre supuestamente habría encontrado la forma de continuar dirigiendo sus amplios negocios desde la cárcel, fincas, un sinnúmero de acciones en la industria minera, casas y vehículos.
Además, al interior de la prisión cuenta con una “intensa vida social”, goza de la visita constante de familiares, amigos y mujeres diferentes, en lo que serían planes románticos.
Los privilegios de Arias
No obstante, este caso solo llevó a los colombianos a recordar las grandes comodidades en las que vive también el exministro de agricultura, Andrés Felipe Arias, quien fue condenado por la justicia colombiana por irregularidades en contratos y peculado a favor de terceros en su programa Agro Ingreso Seguro.
Luego de haber sido capturado en los Estados Unidos, Arias fue extraditado a Colombia y recluido en Casa Fiscal 102 de la Escuela de Caballería del norte de Bogotá. Un sitio que no fue construido para ser prisión, sino como instalaciones para policías y militares.
Pese a ello, los condenados colombianos que en algún momento hayan hecho declaraciones en favor del partido de Gobierno o de sus intereses, son llevados allá para cumplir con la privación de la libertad.
En este lugar, Arias goza de una habitación cómoda, con pisos de madera, baño privado, cocina, sala, computador, acceso a internet, cama doble y televisión, y goza de una dieta muy superior a las carcelarias.
Además, al lado de la casa se encuentra un casino y el club de los oficiales de Caballería.
¿Quién vive mejor? Lo único cierto es que así son las prisiones para los privilegiados en Colombia.