El comentario que comenzó como una broma del senador Antonio Sanguino, sobre la posibilidad de presentar un proyecto de ley que prohíba la interferencia de los expresidentes en las elecciones y aun, de presidir partidos políticos; ha tenido mucha acogida en los ciudadanos y es posible que se convierta en realidad. Nuevamente Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos unidos por sus intereses de poder.
“Hemos acordado con mi amigo Iván Marulanda presentar un proyecto de ley que prohíba a los expresidentes participar en política y presidir partidos políticos”, fue el comentario en todo de broma del senador Antonio Sanguino.
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La idea surgió debido a la interferencia de los expresidentes Álvaro Uribe, Andrés Pastrana, Cesar Gaviria y Juan Manuel Santos, que se han mostrado muy activos en las últimas elecciones; lo que ha sido muy negativo para el sistema político y la democracia.
Tal es el caso de Álvaro Uribe, que luego de haber sido presidente por 8 años consecutivos, impuso a Juan Manuel Santos, quien presidió también por 8 años más y después, impuso a Iván Duque quien ha sido muy criticado porque quien gobierna a través de él es el expresidente Uribe.
El expresidente Juan Manuel Santos, se dice que repartió a sus alfiles en cada una de las coaliciones que se formaron para alcanzar la presidencia para el período 2022- 2026; Pacto Histórico, Centro Esperanza y Equipo por Colombia, con el único fin de tener representatividad en el gobierno, con el colectivo ganador.
Y el expresidente Gaviria, busca unos acuerdos con las distintas fuerzas que se disputan la presidencia, para seguir afianzado al poder, aprovechándose del poder político de su maquinaria política con el liberalismo.
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La propuesta ha tenido mucha acogida en la ciudadanía, que mira con buenos ojos que los expresidentes den un paso al costado y dejen gobernar a los presidentes sin interferencia alguna en las decisiones de Estado.
El proyecto de ley ha de ser presentado en los próximos días y busca crear una inhabilidad para los expresidentes, en dos casos específicos: la prohibición de participación directamente en política y la dirección de partidos o movimientos políticos.
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