74 exmilitares del Ejército Nacional admitieron durante una audiencia en Neiva, su participación en el asesinato de 200 civiles inocentes, los cuales fueron falsamente presentados como bajas en combate.
El testimonio de Andrés Morales, en el cual reconoció su responsabilidad en delitos de lesa humanidad, ha generado un importante debate acerca de la obediencia y la responsabilidad en el conflicto armado colombiano.
La confesión de Andrés Morales
El proceso de reconocimiento ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), ha sido realizado desde el 8 y el 10 de agosto. Esta audiencia se convirtió en el escenario, donde estos exmilitares admitieron su participación en los llamados «falsos positivos».
Los crímenes que han sido uno los capítulos más oscuros de la historia reciente de Colombia, fueron cometidos con el objetivo de inflar cifras de combate, presentando a civiles como guerrilleros abatidos en enfrentamientos.
Durante su intervención, Andrés Morales, quien perteneció al Ejército Nacional, relató cómo recibió una orden directa de un superior para ejecutar a personas inocentes y hacerlas pasar por combatientes enemigos.
Con la voz quebrada, Morales declaró: «Nunca debí cumplir esa orden que llegó del sargento y, desgraciadamente, yo la cumplí». Estas palabras cargadas de remordimiento, son un reflejo de las tragedias vividas por las víctimas y sus familias, destacando la gravedad de los crímenes que se cometen bajo la justificación de combatir la insurgencia.
Junto a el testimonio de Morales se unieron a él otros 73 exmilitares, incluidos 28 altos mandos durante la audiencia. Todos ellos reconocieron su participación y culpabilidad en estos crímenes, revelando también la existencia de un patrón sistemático de ejecuciones extrajudiciales en la región de Huila.
Una verdad dolorosa que exige justicia y no repetición
Estas declaraciones no solo abren una herida profunda al corazón de las familias de las víctimas y al pueblo colombiano, sino que también plantea dudas sobre la estructura y las políticas de las Fuerzas Armadas durante el conflicto armado.
Sebastián Escobar, abogado del Colectivo de Abogados ‘José Alvear Restrepo’ (CAJAR) y representante de las víctimas, destacó la importancia de estos reconocimientos:
«Ante la sociedad colombiana se reconoce que el Ejército colombiano fue responsable de un patrón de ejecuciones extrajudiciales en esta región. Esperamos que esto sea motivo para la reflexión por parte de la sociedad colombiana, para que estos hechos no se repitan«.
Las organizaciones de víctimas que participaron en el evento, también exigieron que estas confesiones aseguren la no repetición de estos crímenes y para promover la reconciliación del país.
La confesión de Morales y otros exmilitares no solo pone en evidencia la complejidad del conflicto armado en Colombia; en donde la obediencia a órdenes criminales llevó a la muerte de cientos de inocentes. También resalta la necesidad urgente de un cambio profundo en las instituciones militares y en la sociedad colombiana.
Estas confesiones, aunque dolorosas, dan un paso hacia la verdad y la justicia, y se convierten en un recordatorio de la responsabilidad colectiva de los colombianos para evitar que estos hechos se vuelvan a repetir.
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