La W Radio ha denunciado que el Centro Democrático supuestamente ha contratado a una agencia publicitaria para realizar un video político con personas con acento venezolano, a quienes les paga por repetir un libreto en contra de la izquierda política y el socialismo. El uribismo, desesperado, vuelve a usar la estrategia del castrochavismo para el 2022
“Les dan un libreto, les dicen qué decir, y contratan panaderos, de todo un poco… lo preocupante es que, uno, nombra al partido Centro Democrático” así fue denunciado el hecho en la W Radio, la supuesta guerra sucia del Centro Democrático en sus propagandas políticas.
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El periodista de la W Radio, Carlos Contreras en una emisión en vivo contacta telefónicamente a la agencia mostrando su interés en participar en la grabación del video y pregunta “¿Es un comercial político? Y le responde la interlocutora “Sí es para el Centro Democrático”
Sigue preguntando el periodista “¿Es para campaña o para qué? Y le responden “Sí, es para su campaña, porque ellos empiezan a hacer su campaña y esos comerciales empiezan a salir ahorita en marzo”.
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La agencia publicitaria, al parecer envía mensajes para reclutar el personal ya sea venezolano o no, pero que tengan el acento venezolano, para realizar los rodajes que demoran cerca de una hora, por la que les paga $900.000.
Al contratar al personal le entregan un libreto con frases que buscan la indignación de quien los ve y con mucho contenido “corta venas”, por ejemplo, “Yo le tengo miedo al socialismo del siglo XXI de Venezuela, Bolivia y Cuba, que destruyen, dividen y cortan la libertad”.
La campaña presidencial de la derecha colombiana se empeña en advertir a los colombianos sobre la posibilidad de que Colombia termine como Venezuela, si llega a ser gobernada por lo que ellos han bautizado como «castrochavismo» o “el socialismo del siglo XXI”.
Cabe recordar que, en países como Ecuador, también se han denunciado este tipo de propagandas políticas actuadas en las que contratan ciudadanos de otros países con necesidades económicas para prestarse al juego de engañar incautos.
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