Con un lápiz en la mano que dice ‘Futuro’, José Luis Osorio recorre las calles de Cartagena de Indias compartiendo con las comunidades sus propuestas del proyecto de ciudad con el que aspira a gobernar en los próximos cuatro años.
Este joven abogado que construye a pulso, lo que sería el inicio de su carrera política en un cargo de elección popular recibió esta semana unos mensajes intimidatorios vía WhatsApp. En los chats se puede leer: «sapo hp siga en esas gonorreas frentiando al doctor Uribe, hp ya sabemos que vive en (…) está a nada de un balazo gonorrea, las AUC estamos en todas partes».
Esta estrategia de causar miedo a un candidato con opción de ganar no es nueva en Colombia. La historia se repite una y otra vez en tiempos electorales. Sin embargo, ahora los amenazados deciden seguir adelante con su apuesta, porque no se trata de arrebatarle el sueño a un aspirante, sino el de miles de personas que anhelan un cambio real.
Este es el caso de Osorio, quien luego de recibir los mensajes de un emisario, que usa expresiones comunes de una persona del interior del país, y que además se identifica como miembro de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), le hizo frente a través de un vídeo en sus redes sociales en el que dice: «Álvaro Uribe nos ataca porque sabe que estamos creciendo, usted y su mala costumbre expresidente Uribe de criminalizar siempre a los jóvenes, le recuerdo que los delincuentes, los paramilitares, los narcotraficantes y los corruptos son sus amigos y pertenecen a la extrema derecha que usted representa (…) ganaremos la Alcaldía de Cartagena, porque usted es el pasado y nosotros el futuro (…) a Cartagena no volverá su poder, ni el de sus aliados…».
No sorprende que luego de que el expresidente Uribe haya tuiteado una nota en la que relacionan contratos de cercanos a Osorio en la Alcaldía de Medellín, este haya recibido amenazas, para atentar en contra de su integridad física. Se trata de una astucia de vieja data del exmandatario de exponer públicamente a todo aquel, que considera un riesgo para sus intereses o quien lo ponga en tela de juicio con pruebas irrefutables. Anteriormente lo ha hecho con el periodista, Daniel Coronell y el actual presidente, Gustavo Petro.
Pero ¿Cuáles son los intereses de Uribe con la Alcaldía de Cartagena? ¿Tendrá alguna relación con una aspirante? ¿O estaría financiando una candidatura a través de un tercero? ¿Por qué sus ataques se centran únicamente contra José Luis Osorio? ¿Dónde están sus amenazas hacia los otros postulantes del primer cargo público de ‘La Heroica’?
Apenas están por iniciar las inscripciones de candidatos y los enemigos de la política honesta y libre no se dan por vencidos, ni dan tregua. Las amenazas contra candidatos serios, que no están involucrados en escándalos de corrupción, ni tienen líos pendientes con la justicia son apenas la punta del iceberg de lo que será la campaña sucia en estos comicios.
Lo que sí está claro es que el proyecto ‘La Cartagena del futuro’ avanza con pasos agigantados sobre el monstruo, que intenta acorralarla con el arma de los perdedores y cobardes, porque representa una amenaza para esa vieja clase política, que es como una especie que caduca y que probablemente en estas elecciones quedarán en vía de extinción.
