Esa es la pregunta que hoy nos hacemos todos los colombianos frente a lo que está sucediendo en el país y que se ha evidenciado con la crisis generada por la pandemia del COVID-19.
Pero para poder responder esta pregunta quiero que miremos el espejo retrovisor, no tan atrás, hagámoslo como dice en estos mismos «Objects are closer than they seem» «los objetos están más cerca de lo que parecen». Comencemos el 2 de octubre del 2016, ese día fue donde la historia reciente de este país se partió en dos, un país que lleva más de 60 años en una guerra civil interna disfrazada de lucha revolucionaria al fin logra sacar a uno de los actores armados más peligrosos, sanguinarios, terroristas y todo lo que quieran del conflicto y en una jugada absurda e ilógica, con el ánimo de darle trascendencia a este hecho, el presidente Juan Manuel Santos nos consultó a los ciudadano si queríamos vivir en paz y pasaremos a la historia por ser el único pueblo desangrado por la absurda violencia que le dice NO a este hecho, ¿macondiano cierto?. Afortunadamente se corrigió y se firmó.
Llego 2018 y teníamos la oportunidad de renovar esa entidad del estado que tanto criticamos, que tanto daño le hace a nuestro país, el Congreso de la Republica, cuna de los padres de la patria y templo de la democracia (No se padres de cual patria, porque de esta no son y tampoco he visto la famosa cuna y de la tal democracia) y así demostrarle a esa clase política que los ciudadanos con nuestra única arma, la cédula, queremos cambiar el rumbo de este país y de nuevo la gran sorpresa, se reeligió el 80% del congreso en cabeza propia o de los familiares cercanos, elegimos investigados, parapolíticos, miembros de los gremios de la producción y los eternos que no quieren dejar las mieles del poder, y que viva Macondo.
Ese mismo año vuelve la oportunidad de elegir un Presidente que logre unir el país y que interprete lo que de verdad nos está separando y de nuevo nos dejamos llevar por los extremos y caímos en el juego de los ricos contra los pobres y los del sí contra los del no y que paso, elegimos de nuevo el mismo escenario que desde 1998 nos viene rigiendo o ¿creen que hay mucha diferencia entre los gobiernos de Pastrana, Uribe, Santos y Duque?
Con estos tres ejemplos que les acabo de expresar aún tenemos dudas de ¿porque nos pasa lo que nos pasa?
Pues mis estimados lectores les voy a decir porque: Por nuestra irresponsabilidad como ciudadanos, por ir a las urnas sin saber por quién vamos a votar, por ir a las urnas pensando en los $50.000 y el mercado que le recibimos al candidato corrupto generando comida para hoy y hambre para mañana, por nuestro egoísmo desmedido de pensar solo en mí y no en los demás, porque somos tan honestos con ese candidato corrupto que a sabiendas que llegara a robar y que nos está comprando el voto, vamos al cubículo y votamos por él, porque nos encanta salir a marchar por nuestros derechos cuando en las urnas no nos hacemos valer como ciudadanos.
porque creemos y queremos que todo nos llegue desde el estado, porque elegimos candidatos que van a velar por sus intereses personales y de sus gremios y no por los de los ciudadanos, porque cuando llega alguien con buenas ideas e intenciones y no ofrece plata, mercado, licor y cemento lo miramos como poca cosa y nos vamos para donde si dan, porque nos comemos el cuento de que van a conseguirle un trabajito a nuestros hijos o nosotros mismos y sobre todo porque somos víctimas de nuestra propia ignorancia.
Hoy que nos está pasando esto, que no es culpa de este gobierno, es que nos rasgamos las vestiduras y denigramos de quienes elegimos para que lleven las riendas de este país; todos los días hay un caso de corrupción que es tapado con otro más grande, salen pruebas que acusan a nuestros dirigentes de cualquier cantidad de delitos contra el erario público y nuestra justicia los premia con mansión por cárcel y comida de restaurante de lujo y esto pasa mientras que los ciudadanos de a pie en la lucha, trabajando como burro en cosecha, mantenemos a esa élite politiquera que lo único que hace es mantenernos ignorantes y sumisos para que ellos no pierdan los privilegios.
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Amigos esta pandemia tendrá que pasar más temprano que tarde y esperamos no llegue otra igual o peor, pero les tengo una noticia, las elecciones regresan y en el 2022 vamos de nuevo a las urnas a elegir un “nuevo congreso” y un “nuevo Presidente” y tenemos de nuevo, con la cédula, la oportunidad de cobrarle por ventanilla a estos señores que mal utilizan la política, la cuenta de cobro que nos deben a los colombianos por tantos años de olvido y abandono en que han sumido a nuestro país.
Démosle la oportunidad a la Educación, la Salud, al Deporte, a la Ciencia y la Tecnología y sobre todo a la PAZ, enseñemos a las nuevas generaciones que es con el voto libre y no destruyendo los bienes públicos y privados que vamos a cambiar a Colombia y que nuestra responsabilidad como ciudadanos radica en llevar a los cargos públicos a la gente que de verdad quiere a este país y no a negociantes que van a hacer de Colombia su mejor negocio.
Y, para terminar, podemos elegir como Presidente de Colombia a la Madre Teresa de Calcuta reencarnada, pero si no cambiamos el Congreso que es donde se hacen las leyes de este país (de ahí salió la ley 100) todo seguirá exactamente igual, como diría mi abuela “La misma vaca con distinto laso”.
Escrito por: Mauricio Numa Castro
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