Estudiantes universitarios critican el modelo educativo en Colombia porque tienen que soportar entre 3 y 5 horas, recibiendo clases de una misma asignatura, afirmando que es muy difícil mantener la concentración por tanto tiempo y que no es una manera productiva de aprendizaje.
Por lo que instan a las universidades a reconsiderar ese modelo de educación, teniendo en cuenta que además del tiempo, existen otros factores que inciden directamente en el proceso de aprendizaje y que imposibilitan que sea eficaz para el estudiante.
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Pedagogos afirman que el tiempo de duración de una clase está muy ligado a la relevancia del tema que se comunica, a las habilidades del comunicador y del interés del oyente; si esto no se tiene en cuenta, el tiempo no tiene sentido.
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Aunque los expertos se han puesto de acuerdo que una clase en la Universidad, podría durar entre 40 y 50 minutos; el tiempo de atención fluctúa en función de qué esté explicando el ponente, de la manera en que lo explica y el interés que se genere en el receptor.
De allí la importancia de la pedagogía, porque el interés del pedagogo consiste en transmitir, por lo tanto, no se limita a dar información, su tarea trasciende las fronteras del egoísmo y la competencia y se dedica a formar.
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Todo esto se constituye en un desafío para los centros educativos y universidades del país cuya misión es la educación; no la educación como fin, sino como un medio que permita la transformación general de un país.
Algunos consideran que la Universidad debe revisar su misión, lo que conduciría a un cambio de modelo educativo que facilite un aprendizaje más significativo, diseñando unas clases más participativas, que consistan en hacer, además de escuchar y ver, para optimizar el tiempo en las aulas de clases.
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