Una nueva jornada del ‘madrugón’ en San Victorino dejó preocupados a las autoridades locales en Bogotá, miles de personas se aglomeraron para aprovechar los descuentos ofrecidos por los comerciantes.
La secretaria de Gobierno junto a la secretaria de Movilidad peatonalizaron la decima y la once para controlar los aforos en esta jornada del ‘madrugón’.
Estas medidas no fueron suficientes para controlar a las personas, pues los ciudadanos se volcaron a las calles, incumpliendo casi que todas las medidas sanitarias, sobre todo las de distanciamiento social.
Peatonalizamos no para que haya más vendedores informales, sino para permitirle al comprador que circule más libremente por el sector y con ello evitemos las aglomeraciones y a su vez nos permite controlar los aforos, afirmó Dairo Alirio Giraldo (alcalde local de Santa Fe).
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¿Cómo funciona la entrada y salida del ‘madrugón’?
Según informaron las autoridades, en San Victorino hay un perímetro marcado por vallas que permiten el ingreso y salida de las personas.
Cuando las calles peatonales se encuentran saturadas por las personas, las autoridades no permiten el ingreso de más clientes, por 10 a 15 minutos estas vallas permanecen cerradas, permitiendo solo la salida de las personas que estuvieron comprando en San Victorino.
A pesar de estas medidas, las imágenes muestran aglomeraciones de cientos de personas, lo cual seguramente podría aumentar los contagios por coronavirus en la ciudad de Bogotá.
Estas jornadas masivas descontroladas podrían colapsar el sistema de salud de la capital del país, así como pasó en la primera jornada del día sin IVA, cuando 21 días después las UCIs superaban el 90% de ocupación.
Daniel Monroy: Lo de San Victorino ni está controlado ni es controlable. Cerrarlo sería incluso peor. Y a medida que se acerque el 24 de diciembre, también se va a poner peor. Sea Claudia López o cualquier otro, lo primero es aceptar que es un problema se les sale de las manos.
Otto Pérez: Es muy fácil criticar desde una cabina radial, con aire acondicionado y un buen sueldo, a muchas personas que salen a rebuscarse su plática como vendedores ambulantes. El desempleo obliga al rebusque diario En San Victorino, vende el pueblo y compra el pueblo.
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