En el municipio de Soledad, en el departamento del Atlántico, una familia conformada por tres adultos y una adolescente se enfrenta a una difícil situación: la factura de energía que recibieron este mes supera significativamente sus ingresos mensuales.
La familia, compuesta por dos adultos mayores sin ingresos y uno de sus hijos, cuyo salario apenas alcanza el sueldo mínimo, está al borde de la desesperación por la difícil posición de tener que solventar un exorbitante cobro por su consumo eléctrico durante el mes.
La factura de energía se convirtió en un duro golpe a los ingresos de la familia
Aunque la familia posee una modesta cantidad de electrodomésticos, incluyendo una nevera, dos televisores, un computador de mesa y dos aires acondicionados inverter, que solo se utilizan durante la noche para mantener el ambiente fresco mientras duermen, el servicio de luz se volvió impagable.
La preocupación radica en que la familia debe afrontar un pago de $2.225.000 pesos, prácticamente la totalidad de sus ingresos mensuales de aproximadamente $2.500.000 pesos.
¿Pagar la energía o vivir?
Ante esta situación, la familia se enfrenta a una difícil elección: pagar la factura de energía y sacrificar otras necesidades básicas, como alimentación y medicamentos, o prescindir de la electricidad y arriesgarse a vivir en condiciones extremas, especialmente para los adultos mayores que dependen de la atención de la familia.
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En la actualidad, los costos del servicio eléctrico en Barranquilla continúan aumentando, lo que ha generado una oleada de quejas por parte de los usuarios.
Algunos se han mostrado desconcertados ante el repentino incremento en el monto de sus facturas, sin entender la razón por la que se duplicaron.
La opinión unánime de los expertos es que la situación en la Costa es sumamente preocupante e insostenible.
Es injusto que los residentes de estratos bajos estén destinando hasta el 65% de sus ingresos al pago de servicios públicos, lo que refleja una marcada disparidad respecto al interior del país.
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